En un violento ataque sicarial registrado en las últimas horas, fue asesinado el exsecretario de Gobierno de Guachené y líder social del Cauca, Neissair Ramos Navas, junto a una menor de 14 años, mientras se movilizaban en un vehículo en la vía hacia Puerto Tejada.
Según los reportes preliminares, sujetos armados que se movilizaban en dos motocicletas interceptaron el vehículo en el que viajaba Ramos Navas con una mujer y dos menores de edad. Sin mediar palabra, los sicarios abrieron fuego contra los ocupantes del automóvil. En el ataque murieron el líder social y la menor de 14 años, mientras que una mujer de 42 años y una niña de 7 resultaron heridas y fueron trasladadas a un centro asistencial.
El crimen ocurrió en la vereda El Guabal, en la zona limítrofe entre Guachené y Puerto Tejada, un área marcada por la violencia y el accionar de grupos armados. Este ataque se asemeja al homicidio del exalcalde de Guachené, Elmer Abonía Rodríguez, ocurrido en 2023, lo que refuerza las preocupaciones sobre la seguridad en el norte del Cauca.
Las autoridades han anunciado la instalación de un consejo de seguridad nacional para abordar la grave crisis de violencia en la región y definir estrategias de protección para líderes sociales y funcionarios públicos. Tanto la Policía como el Ejército han desplegado operativos en la zona para dar con los responsables del crimen y esclarecer los hechos.
Por su parte, Leonardo González, director de Indepaz, recordó que ya existían alertas tempranas sobre la situación de orden público en Guachené. Además, hizo un llamado urgente al Gobierno Nacional para reforzar las estrategias de seguridad y evitar que se sigan presentando ataques contra líderes sociales en el departamento del Cauca.
No es la primera vez que un alto funcionario de Guachené es víctima de la violencia. En diciembre de 2023, cuando Ramos Navas era secretario de Gobierno, un atentado similar cobró la vida del gobernador y un concejal del municipio, quienes fueron atacados tras salir de una reunión en la vereda Cabito, entre Villa Rica y Puerto Tejada.
Este nuevo crimen evidencia la persistencia de la violencia en el norte del Cauca, una zona históricamente golpeada por la presencia de grupos armados ilegales, el narcotráfico y disputas territoriales. La comunidad exige acciones inmediatas por parte del Estado para garantizar la seguridad de sus habitantes y frenar la ola de asesinatos que sigue en aumento.