La reforma laboral propuesta por el Gobierno enfrenta un panorama prácticamente insalvable en el Senado. Ocho congresistas de la Comisión Séptima firmaron la ponencia de archivo, lo que deja la iniciativa sin los apoyos suficientes para superar su tercer debate y continuar con su trámite legislativo.
Entre los senadores que respaldan el archivo del proyecto se encuentran Lorena Ríos (Colombia Justa Libres) y Berenice Bedoya (ASI), quienes argumentan que la reforma tiene falencias estructurales que podrían generar impactos negativos en la economía y el empleo. Aseguran que las nuevas disposiciones aumentarían la informalidad y el desempleo, además de imponer cargas adicionales a las pequeñas y medianas empresas sin un esquema claro de financiamiento.
En contraste, algunos congresistas del Pacto Histórico y afines al Gobierno, como Wilson Arias, Martha Peralta y Ferney Silva, han manifestado su apoyo al proyecto, defendiendo la necesidad de fortalecer las condiciones laborales y reducir la precarización del empleo en Colombia. Sin embargo, incluso con el respaldo de ponencias alternativas y el posible voto de algunos senadores indecisos, los números no serían suficientes para salvar la iniciativa.
El partido Colombia Justa Libres, uno de los principales opositores a la reforma, señaló en un comunicado que el proyecto vulnera derechos fundamentales como la libertad de asociación sindical y contradice compromisos internacionales de Colombia con la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Además, cuestionaron la falta de un aval fiscal para garantizar la formalización laboral y la ausencia de consenso con el sector productivo.
Por su parte, la senadora Berenice Bedoya indicó que su rechazo a la reforma se debe a la incertidumbre que genera en materia de estabilidad laboral y crecimiento económico. Según ella, el proyecto no genera nuevos empleos, sino que pone en riesgo los actuales, al tiempo que introduce medidas que podrían afectar la sostenibilidad de muchas empresas.
El hundimiento de la reforma representa un fuerte revés para la agenda legislativa del Gobierno, que ya ha enfrentado dificultades en la aprobación de otras iniciativas clave. La ministra de Trabajo, Gloria Inés Ramírez, había defendido el proyecto como una herramienta fundamental para mejorar las condiciones laborales en el país, pero la falta de consenso en el Congreso parece haber sentenciado su destino.
A menos que el Gobierno logre replantear su estrategia y conseguir nuevos apoyos en el Senado, la reforma será archivada en su tercer debate, truncando la intención del Ejecutivo de modificar las condiciones del mercado laboral en Colombia.