En una decisión que ha generado preocupación y descontento entre miles de inmigrantes, el gobierno de Estados Unidos, bajo la administración del presidente Donald Trump, ha decidido congelar indefinidamente varios programas migratorios implementados durante la era de Joe Biden. Entre los afectados se encuentra el programa de reunificación familiar, una iniciativa que permitía a colombianos y otros latinoamericanos esperar en territorio estadounidense mientras avanzaban sus procesos migratorios.
Esta medida, según un memorando del Servicio de Ciudadanía e Inmigración de EE.UU. (USCIS), responde a preocupaciones sobre fraude y riesgos para la seguridad nacional. Autoridades migratorias han identificado miles de solicitudes con irregularidades, incluyendo «patrocinadores en serie» y direcciones repetidas, lo que ha levantado sospechas sobre posibles abusos del sistema.
La congelación de este programa afecta no solo a los nuevos solicitantes, sino también a aquellos que ya se encuentran en EE.UU. bajo permisos de trabajo temporales y protecciones contra la deportación por dos años. Con la suspensión, estos inmigrantes quedan en un limbo legal, sin la posibilidad de solicitar la residencia permanente o regularizar su situación.
Además del programa de reunificación familiar, la administración Trump también ha suspendido el “parole humanitario” CHNV, un mecanismo que desde 2023 permitió la entrada de más de 500.000 cubanos, haitianos, nicaragüenses y venezolanos patrocinados por ciudadanos estadounidenses. También ha sido congelado el programa Uniting for Ukraine, diseñado para acoger a refugiados que huyen de la guerra con Rusia.
Diversas organizaciones de derechos humanos y grupos de defensa de inmigrantes han rechazado esta decisión, argumentando que deja a miles de personas en una situación de vulnerabilidad y desprotección. Asimismo, advierten que la suspensión de estos programas podría aumentar la migración irregular, ya que muchos solicitantes podrían intentar cruzar la frontera por vías no autorizadas.
Por ahora, el futuro de estos programas es incierto. La administración estadounidense ha indicado que su reactivación dependerá de una revisión exhaustiva de los procesos migratorios y de la implementación de medidas más estrictas para evitar el fraude y garantizar la seguridad nacional. Mientras tanto, miles de familias latinoamericanas ven frustradas sus esperanzas de reunificación en suelo estadounidense.