El Colegio Nacional Roque de Alba, cuna de la intelectualidad villanuevera, fue creado por la Ley 17 de 1964, el 6 de noviembre, por el parlamento en la época, don Luis Beltrán Dangond Ovalle, siendo presidente de la República Guillermo León Valencia. Traigo hoy a colación estos apuntes históricos que de seguro enriquecen la historia de Villanueva. De igual manera, transcribo la exposición de motivos que tuvo el dirigente conservador, parlamentario y educador para crear el colegio de bachillerato Roque de Alba.
La exposición de motivo del congresista fue la siguiente: “Villanueva, que antes perteneció al departamento del Magdalena, forma parte hoy de la Intendencia Nacional de La Guajira y viene a construir la portada sur de este territorio. Se encuentra ubicada en las inmediaciones del ramal oriental andino, a unos 250 metros sobre el nivel del mar y a una temperatura media de 26 grados centígrados.
Tradicionalmente por su clima, sus buenas costumbres, su ambiente de paz, acogedor y atractivo, Villanueva ha sido un lugar entregado a las faenas educativas, en forma constante y abnegada, sirviendo con estas nobles labores no solamente los intereses intelectuales y morales de sus propios hijos, sino los distintos sitios de la República y aun la hermana Venezuela, desde donde suelen concurrir estudiantes a sus modestas aulas.
Pero ocurre, señores representantes, que la educación en Villanueva ha prevalecido únicamente en los grados de la enseñanza primaria, pues cuando han surgido establecimientos privados con la iniciación de la secundaria, su funcionamiento ha sido lamentablemente efímero por la precariedad económica de sus fundadores o propietarios, a quienes no les ha sido dado costear las edificaciones indispensables, su dotación y profesorado, sin lo cual labores de esa naturaleza terminan en seguro fracaso. Así mismo, a los padres de familia, compuestos casi en su totalidad de modestos agricultores, ganaderos, artesanos y simples obreros, les es económicamente imposible atender los gastos de segunda enseñanza privada. Mucho es que padres de familia, en tales condiciones, provean al techo, pan, traje y medicinas de sus hijos.
La población escolar primaria en el municipio de Villanueva y La Guajira, en general, es numerosa. El pueblo, en sus distintas capas sociales, quiere avanzar en la educación de sus hijos, quiere transmontar la enseñanza primaria; quiere ascender la escala del nivel intelectual; quiere que la capacidad que proporciona siquiera la enseñanza secundaria, habilite a sus hijos para lograr un cambio favorable en la vida de las relaciones humanas; quiere, en forma visible y clamorosa, contar con el estímulo de la enseñanza oficial secundaria, a efecto de que sus hijos alcancen unos pocos grados universitarios y los más, una cultura de clase media, ya sea de carácter agrícola, artesanal, industrial, etc., que seguramente determina en ellos un ascenso alentador, humanitario, compensador de enojosas y graves desigualdades, todo esto de valioso sentido socioeconómico.
El municipio de Villanueva, poniendo oído a la necesidad clamorosa de un colegio de segunda enseñanza, ha hecho más de lo que ha estado a su alcance para este fin: con auxilios conseguidos, a fuerza de constante y larga lucha, compró un lote de 8 hectáreas, localizado adecuadamente para los quehaceres educativos; contrató, mediante planos aprobados por el Ministerio de Educación, la primera etapa del edificio, y ahora no teniendo recursos para continuar la obra y ponerla a funcionar, como tampoco los tiene el Gobierno intendencial de La Guajira, cederá a la Nación con las formalidades legales pertinentes los referidos lotes y construcción a efecto de que el Estado corone una obra tan necesaria como útil a los intereses regionales y del país.
La parte construida del edificio, según escrito del personero municipal de Villanueva, que lo acompaña, se compone de 12 aulas, con capacidad para 350 alumnos, salas para laboratorios, servicios sanitarios y amplios corredores. El respectivo lote tiene amplitud para campos de deporte, etc. El actual valor de las inversiones hechas en la etapa construida es de $338.956.72 debidamente cancelados.
En la Intendencia Nacional de La Guajira solo funciona un colegio oficial de segunda enseñanza que es el Liceo Padilla, el cual está en Riohacha, es decir, donde por su incapacidad locativa, distancia y costo, solo ingresa un número reducidísimo del personal apto para seguir estudios secundarios.
Sin duda alguna, el déficit educacional es uno de los más graves problemas de Colombia, entre otras razones, porque es factor determinante de los desniveles sociales que padece el país, ante lo cual debemos adoptar una conducta de realizaciones y actos positivos y eficaces que contribuyan a disminuir el estado de desigualdad en que vivimos los colombianos, propiciando así la fraternidad, la aproximación igualitaria, la paz pública, en esta patria que es de todos y hoy se encuentra sufriendo los males de la incomprensión, los odios, la sinrazón y la violencia sangrienta”.