La pluma dorada, en esta ocasión, plasma la página en blanco con la tinta fina de su pensamiento, inspirada en un ilustre hijo del territorio que fue fundado por el coronel Rodolfo Morales y Tomás Curvelo Iguarán, quienes pertenecían al personal destacado de la época en Maicao, La Guajira, municipio que como todos en La Guajira, también ha dado hijos ilustres y destacados como es el caso del protagonista de esta pluma, en esta ocasión, Isidro Ibarra Fernández, de la Casta Ipuana, hijo de don Isidro Ibarra Vanegas y doña Josefa Fernández Ipuana, quienes le dieron los mejores ejemplos para que su recorrido por la vida fuese maravillosa, realmente así ha sido.
Como era de esperarse con el tiempo, este maicaero fue flechado al encontrarse en su camino con una hija de la tierra del sol, Yalina Puerto Epieyu; el encanto, la inteligencia de la Majayura atrapó a este joven, tomando la decisión de juntar sus vidas y emprender en uno de los municipios más mágico, místico, lleno de historia, de una riqueza cultural y natural bárbara, Uribia, La Guajira. Desde entonces, nacieron de esta unión sus hermosas hijas Yaisis, Melanie y Daniella, quienes son la inspiración y motivación para el profe Isidro Ibarra, comprometido con ellas, con su esposa, padres y con la comunidad, decidió tomar el camino de la educación, convirtiéndose en el profe, a formar desde la institución educativa Alfonso López Pumarejo de Uribia, una de las reconocidas instituciones del municipio, donde se destacó por su peculiar trabajo de enseñanza, permitiéndole ser visible y explorar campos pedagógicos que lo conducían a acercarse más y más a la excelencia, con 28 años de servicio, siendo especialistas en planeación escolar, especialista en evaluación y magíster en educación.
Su preparación profesional, su vocación y entrega lo caracterizó, destacándolo siempre, abriéndole la posibilidad de dejar huellas en el corazón de los niños y jóvenes, quienes eran el futuro de Uribia, fue calificado por distintas comunidades del municipio de Uribia para que se convirtiese en el capitán de la educación de su comunidad, es así, como llega a ser rector de un centro educativo indígena, por el que luchó con los líderes de la comunidad Jisentirra, para que se aprobase una institución que permitiese a los jóvenes de la comunidad seguir su base académica, media vocacional. Logrado esto, todos en honor a la entrega de este ilustre caballero, decidieron que este llevase su nombre, ya que quién más que el profe, quien junto a ellos, su conocimiento, su experiencia, su dedicación y entrega al desarrollo educativo y cultural de la comunidad, para que esta nueva oportunidad fluyese para el futuro de la comunidad, debería por supuesto llevar el nombre del profesor, quedando así por solicitud de los líderes de la comunidad ante el ministerio de educación nacional, municipal y departamental Institución etnoeducativa rural, Isidro Ibarra Fernández, alagado y convirtiéndose en el rector de su institución educativa, ha venido desempeñando el cargo intachablemente con gestión, con vocación, con sentido de pertenencia, respondiendo con altura a su cargo como rector, maestro.
El profe Isidro Ibarra Fernández, también se distingue por su amor por la cultura, por las costumbres de su etnia, investiga y comunica a través de sus medios toda la riqueza cultural y natural de la que está dotada la cultura wayuú, es un palabrero del saber ancestral, quien apoya todas las actividades que vayan a fortalecer los procesos académicos de su Institución Educativa rural Isidro Ibarra Fernández y sus distintas sedes, ahora también es coequipero de su esposa Yadira, quien también es maestra y ahora coordinadora, juntos apuestan al cambio, al intercambio cultural que fortalezca su desarrollo y planificación institucional, con el fin de llevarle herramientas a su recurso humano, quienes son coordinadores, maestros, estudiantes, padres de familia y líderes dispuestos a mostrar los valores culturales, naturales y las habilidades artísticas, sociales, culturales y educativas que tiene cada miembro. Qué maravillosa oportunidad de esta pluma de haber conocido y vivido de cerca eso tan bonito que teje el profe Isidro Ibarra en la comunidad Jisentirra, municipio de Uribia, convirtiéndolo en un ejemplar hijo adoptivo de la tierra del sol.