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Para desarrollar este título de mi escrito, voy a echar mano de una historia reciente que conozco para relacionarla con hechos actuales que están ocurriendo, y uno de esos hechos es la decisión tomada por el señor alcalde de Barrancas para apalancar el fortalecimiento del tejido social de su municipio. La considero impulso inobjetable para el progreso de su pueblo.
Es necesario que comparta cómo llegué a este escenario regional. Fui vinculado en 1985 como médico ocupacional a la Asociación Carbocol-Intercor, que comenzaba a explotar Cerrejón Zona Norte, y fue después de desempeñarme durante 3 pedagógicos y fructíferos años como director del Hospital Nuestra Señora del Pilar de Barrancas.
Al vincularme a la Asociación, mi condición de guajiro conocedor de la idiosincrasia guajira y mi probada sensibilidad social por todo lo que se refiriera a mi Departamento, su gente y sus comunidades, me permitió participar en varios diseños de proyectos sociales que la Asociación estructuraba para las comunidades del área de influencia y para los demás municipios, como política de responsabilidad social.
Cuando llegué, encontré como funcionarios del área de relaciones públicas a Santiago Álvarez Van-leenden y a Luis Iguarán Iguarán, mejor conocido como ‘Tuto’ Iguarán. Otros guajiros comprometidos, con quienes hice equipo pro-guajira.
Lo que comenzó a causarnos inquietud como guajiros era el destino que se podía dar a los recursos de regalías que ya llegaban. En ese tiempo en La Guajira la frase común en todos los foros y encuentros que se daban con instancias gubernamentales sobre todo departamentales y municipales, sociedad civil guajira, comunidades indígenas, líderes sociales, comunitarios, gremiales y políticos, era “hay que sembrar bien las regalías del carbón”.
Pasaban los años y lo que se hacía, dependiendo de la explotación, eran donaciones por parte de la Asociación pero que obedecían más a las necesidades coyunturales que a las necesidades estructurales.
En un foro en Barrancas (1989) hubo un pronunciamiento del entonces senador de la República por La Guajira, Dr. Rodrigo Dangond Lacouture, recomendando “que se comenzara a pensar en sembrar las regalías del carbón en educación”.
Esta exclamación, que fue enérgica, como las acostumbraba a hacer el Dr. Dangond, despertó todo tipo de interrogantes y calificaciones. Para los guajiros vinculados a la Asociación fue una exhortación.
Dos años después (1991) la Asociación contrata una consultoría con un grupo de expertos en educación para que hicieran un diagnóstico sobre el papel de la Universidad de La Guajira en el desarrollo social, económico y académico del Departamento.
Sus resultados fueron presentados públicamente en Riohacha en una reunión dada en el Hotel Gimaura, y voy a destacar porque considero a lugar en estos momentos, una de las conclusiones de esta consultoría: “La universidad está ofertando programas de formación profesional cumpliendo su papel de ser universidad para formar unos profesionales y cumplir con un anhelo de políticos, líderes intelectuales, sociales y parte de la comunidad, pero no está enteramente alineado su papel a las perspectivas de desarrollo socio-económico del Departamento, ni con el futuro que ha de tener La Guajira”.
Hubo ese día de manera extraoficial una conclusión por parte de uno de los expertos de la consultoría que fue casi inaudible para nosotros los guajiros, pero lapidaria para nuestro devenir. Dijo así: “aquí donde me encuentro parado frente al mar y después de concluir nuestro diagnóstico, creo que la Universidad de La Guajira le está dando la espalda al mar”.
Todo esto que he narrado es para destacar, aplaudir y relacionarlo con el presente actual. Afirmo que es para mí la noticia positiva más importante del mes de febrero del 2024 en La Guajira: la iniciativa de la Alcaldía de Barrancas.
Es un hito histórico: “habrá matrículas gratuitas para que profesionales de Barrancas hagan especializaciones o cursen maestrías, tras convenio interadministrativo del actual alcalde Sr. Vicente Berardinelli Carrillo, con la Universidad Nacional y a Distancia. Lo relevante de esa noticia, además de su impacto social, son las ofertas académicas para las cuales convocan.
Ya son más de 235 profesionales inscritos para las siguientes Especializaciones: gestión de proyectos, gerencia estratégica, administración de organizaciones, gestión financiera, y finanzas corporativas; y para las siguientes Maestrías: comunicación, agronegocios, desarrollo rural, biotecnología agroambiental, nutrición animal, responsabilidad social ambiental y psicología comunitaria.
Hoy, 33 años después, me causa alegría saber que se comenzó a fortalecer la educación con las regalías, o sea que comienzan a sembrarlas ahora en educación de frente al desarrollo regional, de frente a la posibilidad estratégica de tener profesionales para gestionar proyectos y administrar las organizaciones que el desarrollo guajiro y la conveniencia de asociarnos y de formar grupos gestores y autónomos de agronegocios y biotecnologías nos demanden, y lo vamos a hacer con nuestra gente, con profesionales de aquí.
Con esto le va a aportar Barrancas a la Costa Caribe y a Colombia, por iniciativa de su Gobierno municipal, profesionales con altísima preparación académica y técnica, y, para cuando arranque el aprovechamiento de la represa del río Ranchería, tengamos esta vez nuestra gente capacitada, formada y con competencias en las actividades de fuerte vinculación al sector agropecuario, para lograr un eficiente y técnico desarrollo rural.
Por esta decisión no nos pasará como cuando llegó Cerrejón que trajo la mayoría de técnicos de otras regiones porque los muchachos nuestros recién los estaban formando en el Centro de Entrenamiento de Barranquilla. En esa época y siempre hemos dicho “nos cogieron con los calzones abajo”. Y como dice la canción: “no pasará lo mismo otra vez”.
Bien por el anterior y el actual alcalde de Barrancas. Esa visión futurista fue la que debimos tener hace 45 años cuando debíamos prepararnos para iniciar la explotación de las minas carboníferas. Hoy, con esta gran decisión nos comenzamos a preparar para el cierre de ese capítulo de nuestra historia: la explotación carbonífera del Cerrejón; y también resalto que vamos a recuperar nuestra verdadera vocación: la agropecuaria; vamos a volver por lo que los abuelos aprendieron a hacer y lo hacían muy bien: cultivar el campo y criar ganados, pero ahora hay un detalle muy significativo: vamos a tener profesionales bien calificados en materia agropecuaria, en agronegocios y agroindustria, y vamos a tener profesionales que nos van a gerenciar las actividades y las finanzas, y así podremos tener mejor producción y mayor productividad; y vamos a ser más eficientes en la administración y gestión técnica del campo, con los nuestros.
Todavía se pueden sembrar las regalías hoy, mañana y siempre. No hay o no debe haber obstáculos para hacerlo.
P/D 1: Sr. alcalde Vicente Berardinelli, le recomiendo también buscar la forma de sembrar regalías en salud. En 1984 hicimos el diseño del proyecto médico-arquitectónico del nuevo Hospital de Barrancas; se construyó con bajo nivel de complejidad.
Años después Cerrejón hizo una gran inversión y construimos hasta un proyecto para tener un mayor nivel de complejidad e incluso tener una Unidad de Cuidados Intensivos. Revise y luche por eso para tener una mejor atención en salud en el sur de la Media Guajira, y en el norte del sur de La Guajira. En general, para toda La Guajira.