Uno de sus méritos, según él, para aspirar a la Alcaldía de Villanueva, ‘Beto’ Barros hacía alarde de haber sido el mejor presidente que ha tenido el Festival Cuna de Acordeones, por ende iba a ser el mejor alcalde del municipio, sin embargo, luego de ganar las elecciones e iniciar su período, en su mente y sus comentarios, manifestaba que sería el mejor alcalde de la historia, pero su arrogancia y falta de humildad le desvió ese anhelo; su primer desacierto fue enfrentar la coalición del Concejo municipal y como consecuencia, perdió la posibilidad de tener un alfil suyo en la Personería, tampoco gozó de las autorizaciones para contratar, y luego, sin medir las consecuencias se enfrentó al gobernador de turno, lo que conllevó a que no le aprobaran un solo proyecto para el municipio.
Pero aún así, su anhelo y su sueño de ser el mejor alcalde seguía intacto a la vez que su soberbia le colocaba un nuevo obstáculo: el no permitir que se le contratara a un líder que no estuvo con él en la campaña, un carro para la ruta escolar. De ahí le nació un opositor fuerte que lideró su revocatoria hasta recoger más de 8 mil firmas y nombrar un alcalde ad hoc, hecho inédito en Villanueva y que se constituyó en una fuerte mancha para su propósito.
Sin embargo, con sus buenas relaciones realizó unas gestiones con recursos nacionales, tratando de contrarrestar todas las adversidades que lo alejaban de ser el mejor.
Su obra maestra la bautizó como la ‘Ruta del folclor’, proyecto éste en el que al finalizar el último año de su mandato, los trabajadores y proveedores terminaron en paro, por el atraso de los pagos, es decir que dicha obra será recordada como la ruta que quebró a los pequeños ferreteros y volqueteros de nuestro pueblo.
La segunda obra son los famosos monumentos al folclor y en la que su deseo y el ansia en su corazón, de demostrar y figurar en la obra, armó una prematura inauguración, la que hizo sin terminar la obra y sin que le pagaran al famoso soldador que destruyó el acordeón más grande del mundo, hecho este que tuvo mucha relevancia en los medios de comunicación locales y nacionales.
Pero no solo terminan ahí los desaciertos, en este desespero por ser el mejor alcalde, al final de su mandato salió a la luz pública por medios regionales y nacionales, un contrato de suma cuantiosa, donde contrató empanadas de pollo por un valor unidad de $8.500 y gorras a $45.000, pero aparte de los costos elevados de este contrato, a los medios de comunicación y seguramente que a las autoridades les llama la atención el objeto y la fundación que firmó dicho contrato.
Finalmente, al no lograr que el pueblo lo reconociera como el mejor alcalde de la historia, colocó en cada una de sus escasas y costosas obras, el nombre o eslogan de su mandato, desconociendo que el día 30 de diciembre el presidente de la República sancionó la ley 2343 del 2023 “Por medio de la cual se implementa el manual de identidad visual de las entidades estatales, se prohíben las marcas de Gobierno y se establecen medidas para la austeridad en la publicidad estatal”, esto quiere decir que las obras que no fueron oficialmente entregada y las ya culminadas, la nueva administración, la alcaldesa y la secretaria de Planeación, se encuentran en la obligación de retirar el eslogan del alcalde saliente y colocar solo la institucional.
Es decir, que el no aceptar ser el peor de los peores alcaldes, lo llevó a un embarrón al final, dejando claro que son dudosas, onerosas y malintencionadas las últimas obras contratadas.