Siempre hemos insistido en la necesidad de incentivar a los jóvenes para que accedan al conocimiento por medio de la lectura.
El placer de leer no es incompatible con el uso de la tecnología; lo ideal sería que los niños y adolescentes, sumergidos en la pantalla de sus aparatos celulares, encontraran en ese pequeño rectángulo luminoso las obras literarias más importantes y, por supuesto, las leyeran. Sentirían un doble placer. Autores como Julio Verne, Emilio Salgari, Robert Louis Stevenson y muchos otros, extranjeros y colombianos, han escrito obras que llevan de viaje al novel lector y, por lo tanto, a desarrollar su inquieta imaginación. Las preferencias dependen de la edad y de los intereses de los lectores; pero una orientación al respecto no sobra.
Para esa lectura inducida que recomendamos, hoy proponemos ‘Corazón’, del italiano Edmundo De Amicis. Son noventa y nueve episodios con temas variados, pero siempre en torno a la idiosincrasia italiana. Es una obra emotiva, de acuerdo con el espíritu nacionalista que imprime De Amicis a sus narraciones.
Algunos de esos episodios son: ‘El pequeño patriota paduano’, ‘El pequeño vigía lombardo’, ‘El albañilito’, ‘El hijo del herrero’, ‘El tamborcillo sardo’, ‘El pequeño enfermero’ y ‘De los Apeninos a los Andes’.
Edmundo De Amicis nació en Oneglia, Italia, el 21 de octubre de 1846 y murió en Bordighera, Italia, el 11 de marzo de 1908. En Cuneo, población italiana, comenzó a interesarse en la literatura. A los veinte años participó en la batalla de Custoza, en 1866. Estudió en Turín y en la Academia Militar de Modena. Se hizo viajero y escritor, combinación fundamental para convertirse en gran narrador; en efecto, escribió ‘España’ (1873), ‘Holanda’ (1874) y ‘Marruecos’ (1976), relatos en los que demuestra sus dotes para describir lugares y costumbres. Posteriormente escribió ‘Gli amici’ (‘Los amigos’, en 1883). Como integrante del Partido Socialista, De Amicis publicó la obra ‘La Cuestión social’, en 1894. Ya había escrito, en 1886, su novela más conocida: ‘Corazón’. En 1890 publicó ‘Novela de un maestro’, de estilo pesimista. Su obra ‘El idioma amable’ (1905) es una apología a la lengua italiana y a la cultura de su país.
Volviendo a ‘Corazón’, diremos que se trata del diario personal de un niño de tercer grado en una escuela municipal de Turín. El pequeño agradece a sus maestros por la formación que de ellos ha recibido y resalta la lealtad de sus compañeros de escuela, aparte de algunas descripciones que destacan el lado humano de la vida en una comunidad educativa. Sin duda, esta obra contribuye al crecimiento integral de niños y adolescentes. Entre los episodios que integran el libro se destaca ‘De los Apeninos a los Andes’, narración sentimental que relata la travesía que el niño Marco emprende solo desde Génova hasta Argentina en busca de su madre, quien había partido hacia ese país para trabajar y mejorar la situación económica de la familia. Este relato inspiró a los japoneses para producir una película animada.
Como suele ocurrir, en cuestión de gustos algunos lectores sienten placer al señalar supuestos defectos en obras literarias. ‘Corazón’ no escapa a esta práctica casi morbosa. Se dice, por ejemplo, que el protagonista, Enrique, ni siquiera es capaz de pensar por sí mismo; todo lo que hace está dirigido por su padre o por su hermana mayor. También se argumenta que la mayoría de sus compañeros de colegio son tan buenos, honrados y perfectos, que no son creíbles. Pero los comentarios favorables son contundentes, como este que tomamos al azar: “Cuando tenía diez años yo no sabía que me gustaba leer; en mi casa no había libros; en mi familia no había lectores. Me regalaron este libro, lo leí, me enamoré de la lectura y desde entonces no he parado de leer”. Otro comentario en favor de ‘Corazón’, dice: “Si tienes hijos entre nueve y trece años, te recomendamos leerlo con ellos para aprender innumerables valores”.
Para cerrar el tema tratado hoy, transcribimos textualmente tres pensamientos: “Un libro abierto es un cerebro que habla; cerrado, un amigo que espera; olvidado, un alma que perdona; destruido, un corazón que llora”: Proverbio hindú. “Algunos libros son probados, otros devorados, poquísimos masticados y digeridos”: Sir Francis Bacon. “Para viajar no hay mejor nave que un libro”: Emily Dickinson.