En todos los órganos de información de la mediática imperialista se destaca con preocupación el desbocado e inexorable camino de la crisis económica que los acecha: la recesión; y no es para menos, sus ganancias no alcanzan los promedios esperados: el desempleo, las declaratorias de dificultad para el pago de la deuda por parte de los países, la pobreza en general, el atraso del campo agrícola, las multitudinarias emigraciones; las movilizaciones obreras y de los sectores populares exigiendo las reivindicaciones de sus derechos conculcados, los campesinos exigiendo: créditos, asistencia técnica, mercadeo seguro y buen precio para sus productos, etc, etc, todas estas acciones sumadas han generado el atascamiento de una economía capitalista, que con sus modelos, no se propone la solución a las necesidades materiales de la humanidad.
El diario ecuatoriano La Hora, anuncia “Un colectivo de medio centenar de destacados economistas del sector privado y organizaciones internacionales está mayoritariamente de acuerdo en que una recesión es prácticamente inevitable este año o en algún momento de 2023, según el Foro Económico Mundial, organizador de la reunión anual de Davos.
Todo esto es la consecuencia de las políticas económicas impartidas por los organismos financieros internacionales como el FMI, BM, BCE, cuyas orientaciones siguen todos los países capitalistas, que en las actuales circunstancias al unísono como única salida han impartido a sus pares de la banca central, el aumento de las tasas de interés o referencia, cuyas consecuencias van en detrimento de los países dependientes, eufemísticamente llamados: emergentes.
La FED, fiel a estos postulados se apresta a una segunda subida en el año, que en vez de bajar los precios de las mercancías, propicia el encarecimiento del dólar, obligada moneda de transacción comercial entre los EE.UU. y sus países satélites. Estos países compran mercancías caras, y venden barata todas sus mercancías a los EE.UU, entre ellas: la fuerza de trabajo y los recursos naturales. Un artículo de Rebelión titula: “La farsa de las metas de inflación, costes elevados y beneficios nulos”.
No por casualidad el Banco de la República acaba de asumir la postura orientada por las políticas monetaristas en boga. El diario La República anota entre sus grandes titulares: “La Junta Directiva del Banco de la República confirmó este jueves que las tasas de interés se elevaron en 100 puntos básicos llevando los tipos al 10%, un nivel no visto hace más de 14 años”.
No todo le juega a favor, la guerra entre Ucrania y Rusia, regentada e impulsada por los EE.UU. le está complicando la vida al propio EE.UU., cuya inflación no para. Las guerras declaradas incrementan su abultada deuda externa de 30 billones de dólares más del 100% del PIB, con disímiles acreedores, y no es la guerra en Ucrania la que ha desatado la crisis mundial como hacen creer con sus periódicos y televisoras embusteras.
Desde antes de enero de 2016 los informes de las perspectivas del Banco Mundial, nunca dejaron de revelar sus preocupaciones por los efectos de la crisis de 2008, que no habían superado. Siempre amenazados por la incertidumbre, es decir, sin dominio sobre la economía, carcomidos por sus intrínsecas contradicciones: “Los efectos secundarios derivados de los principales mercados emergentes limitarán el crecimiento de los países en desarrollo y pondrán en peligro los logros obtenidos en los esfuerzos en reducir la pobreza, advierten los autores del informe”.
Hablar o escribir de la inflación se vuelve recurrente, pero es el mal que en la actualidad acosa desesperadamente a los países capitalistas en general,los ha sumido en una crisis con muchas dificultades para superar, solo les queda la opción militar, impulsar las guerras, donde la mayor agresión la soportan los pueblos.
¿Cuáles son nuestras tareas?: Organizar a la clase obrera, movilizarla; quedan miles de hombres y mujeres en el pueblo prestos a la organización y a la movilización, a la lucha de masas; la conformación de un amplio Frente Político, conformado por todas las fuerzas amantes y comprometidas con un cambio social, para la derrota del neoliberalismo y el capital, el reciente triunfo electoral con Petro a la Presidencia no debe embriagarnos, ni dormirnos, el triunfo alcanzado es parte del camino a seguir para logar un pleno poder popular; donde las decisiones económicas estén en manos de los obreros y el pueblo.
Cada acto popular de concientización de las masas contribuye enormemente a la debacle del imperialismo, capitalismo que en su actual etapa con la preeminencia del sector financiero somete a la pobreza, la precariedad y la miseria a los pueblos, pero, a la vez, crea a sus propios sepultureros: la clase obrera y el pueblo.