Ya esto parece una maldición. No es gratis que La Guajira ocupe los últimos lugares en innovación y desarrollo, pobreza monetaria y pobreza multidimensional, entre otros indicadores. Tampoco es gratis que las prioridades para el desarrollo sean la construcción de piscinas olímpicas, patinódromos y canchas sintéticas.
Todo es consecuencia del desastre institucional en que se ha mantenido La Guajira durante los últimos veinte años en situación de interinidad con más de diez gobernadores, y en esas condiciones ningún territorio en el mundo progresa porque nunca se termina de hacer nada.
Ahora las razones no están en un proceso penal o disciplinario, sino por la decisión tardía de la Corte Constitucional que anuló la elección de Nemesio Roys como gobernador del Departamento, por comprobarse doble militancia durante los actos de la campaña al expresar su apoyo a candidatos a alcaldías que no eran de su partido ni de la coalición que lo avaló. Un sin sentido, faltando un año para elegir nuevos gobernadores.
Pero también debería darles vergüenza a los dirigentes políticos que se encargaron de administrar la agenda de la campaña por haber inducido a error al electorado y cada día es tarde para disculparse.
Dice la Corte Constitucional en la sentencia que “…esta Sala observa que existían razones evidentes que le permitían inducir que el candidato de coalición debe lealtad y disciplina, primero, a su partido de origen y, segundo, a los demás partidos y movimientos políticos que forman parte de la coalición. Por lo anterior, debía obrar con arreglo a estas exigencias de lealtad y disciplina, lo que excluía la posibilidad de realizar manifestaciones de apoyo a otros candidatos que no fueran de su partido de origen o avalados por este.”
La clase política del departamento de La Guajira nunca ha entendido que NO TODO VALE para lograr sus propósitos, y viven convencidos de que los demás son una recua de estúpidos con los que pueden hacer lo que se les venga en gana. Están equivocados. Las leyes son para cumplirlas por encima de sus intereses personales y politiqueros.
Nadie podrá dudar de las capacidades de Nemesio Roys porque su formación académica y experiencia en el desempeño ejecutivo están demostradas en los estudios cursados y las responsabilidades que ha tenido en los diferentes cargos ocupados, lo cual de alguna forma serían garantías para que se llevara a cabo una gestión responsable que tuviera continuidad en los gobiernos siguientes, y nuevamente se frustra la consolidación de una ruta hacia el desarrollo que le resuelva los problemas a la gente, porque el gobernador que sea designado para terminar el período de gobierno no va a entender que se le debe dar continuidad al plan de desarrollo “Unidos por el Cambio”, el cual fue aprobado por la Asamblea departamental para llevarlo a cabo hasta que haya nueva elección de gobernador.
El gobernador designado llegará a hacer las cosas de acuerdo con su leal saber y entender y va a considerar que se debe empezar de nuevo, porque no le importará que los niños estén muriendo por desnutrición, no hay empleo, no hay agua, no hay vías que sirvan, mala calidad de la educación, en fin…
En qué momento la dirigencia política tendrá conciencia de que debe empezar a orientar el desarrollo para mejorarle el bienestar a los guajiros. Una tierra que lo tiene todo y le hace falta todo. El único departamento en peor estado de cosas es Chocó. Y no basta culpar al Estado, porque las transferencias nacionales llegan sin falta, es culpa exclusiva de la clase política guajira y de quienes los eligen. En esas condiciones no se podrá mejorar la forma de vida de nadie.
Pareciera que existe una especie de entramado mafioso que se reúne única y exclusivamente a planificar cómo seguir hundiendo a uno de los departamentos más ricos del país. Me los imagino sentados a manteles urdiendo el plan para que los guajiros nunca salgan de la miseria a la que los han condenado a vivir, sin presente y sin futuro. Por eso es que el guajiro que sale no regresa.
Y como dijo el filósofo de La Junta: Se las dejo ahí.