i en los próximos comicios para presidente y vicepresidente se va a votar por razones emocionales más que por argumentos racionales, significa que caminaremos por el filo de la cuchilla exponiéndonos todos. ¡Hoy aun reina mucha incertidumbre!
Una tendencia explicita en el ambiente político-electoral del país es que “no se va a votar por los postulados de la izquierda democrática, se va a votar por quitarle el poder gubernamental y político a las elites que, durante muchos años como capataces, se han reído de la dignidad de la mayoría de los colombianos, han insultado la inteligencia de hombres y mujeres valiosos y han mandado a la hoguera política y administrativa a hombres y mujeres que desafortunadamente para ellos y para el país resultaron más astutos que inteligentes y más avaros que inocentes”.
Esto último se infiere por los hechos cumplidos, y son esos hechos cumplidos los que develaron una falsa honestidad, son el cuerpo entero más grande de la corrupción, esa corrupción estructural, la que llevan esos funcionarios por dentro pegada a sus ambiciosos valores y principios, o la corrupción ambiental, por la que, en cumplimiento de las falacias de jefes, se cometen viles actos criminales.
Eso es razón principal para no querer votar por todo lo que esté bajo la orientación, sumisión y miedo que infunden Pastrana, Uribe, Gaviria, Vargas Lleras y otros.
Pero lo que no se ha medido “con precisión de relojero”, es en cuales manos puede caer el Estado y el Gobierno nacional sise da un cambio de ideología, de estilo, de costumbres políticas, de comportamiento administrativo que influirá indiscutiblemente en el comportamiento ciudadano, y peor aún si no se llega con honestidad, sensibilidad social, sentido humanitario, y el bien común como bandera.
Es arriesgado decirlo, pero no estaría lejos de la realidad que se vendría un estado de crispación y de “chopo montado” en la dirigencia política, en los lideres económicos, sociales y en el poder judicial; no se manejaría un ambiente de veeduría ciudadana sino de persecución personal; habrá más alinderamiento de la prensa y de los periodistas, porque ya, en estos momentos, han tomado partido; se sacudirán las instituciones y muchas podrían entrar en riesgo o hasta el resquebrajamiento de sus bases jurídicas, institucionales y de gestión.
Sin duda, la llegada al poder de los que no quieren que se siga con el caciquismo y mesianismo, va a ser “un aterrizaje forzoso; es posible que sea sin tren de aterrizaje afuera y quede la nave con todos sus pilotos en medio de la pista por fallas técnicas más que por mal tiempo”. Este símil con la actividad aeronáutica es para significar también que lo que se puede venir y ojalá no sea así, “es un vuelo con piloto automático por estar los capitanes cada cual ocupado en lo suyo, y sí se da un descenso de la nave sin planeamiento se va a propiciar “un barrigazo” o una estrellada en cabeza de pista, y es posible que no quede ni nave para reanudar, ni pilotos en quien confiar”.
Igual puede pasar si continúan en el poder quienes han maniobrado esta nave llamada Colombia y la han conducido por los aires de sus conveniencias y han aterrizado siempre en las pistas de su provecho, manteniendo al resto de pasajeros en tierra sin tierra, en el agua sin buena agua; inseguros y con tantas normas de seguridad que hay; sin educación de calidad para enseñarles a los pasajeros como usar los elementos de seguridad del vuelo,…en fin, es continuar con el desastre porque son unos pilotos con vicios en la conducción del avión y siempre han volado con el viento a su favor, favoreciéndose ellos, sus familias, sus áulicos y sus elites, y eso tampoco augura la llegada al puerto seguro del progreso, ni un próximo despegue exitoso.
Por todo esto, votar en esta oportunidad por presidente y vicepresidente tiene una trascendencia única, jamás puesta sobre el escenario electoral nacional.
Votar no va a ser la formal consignación del voto en las urnas, es con toda seguridad, depositar en una urna mi contribución a que este país cambie y Dios te pido, ¡que cambie para bien!
Les cuento que yo tengo ya mi voto en proceso de definición. ¿Y saben por qué aún en proceso? Como muchísimos colombianos, no lo voy a decidir por nombres… estoy pendiente de hacerlo por programa factible, creíble y de reconciliación nacional. Todavía no he concretado el voto porque como los candidatos aún se mantienen en enfrentamientos ideológicos y personales y no han expuesto con certeza y pragmatismo lo programático, que es lo que estamos anhelando conocer todos por bien de esta patria amada, y no los postulados vetustos de las ideologías… pero espero que de aquí al 29 de mayo pueda conocer más de esas propuestas, si es que van a hacer, y ahí decido. ¿Me siguen?