La magia y el encanto cultural, el sonar de las bandas de guerra de las instituciones educativas, el danzar de mujeres, hombres, niños, niñas y adolescentes, entidades públicas y privadas, se tomaron las calles de Villanueva luego de más de 24 meses de ausencia producto de la pandemia.
‘El Cuna’ se meció y sus hijos abrieron con bombos y platillos la edición 44 del Festival la tarde de ayer.