Con un amanecer wayuú, miles de autoridades tradicionales, autoridades ancestrales, líderes y lideresas indígenas, se dieron cita en Maicao para respaldar a Miguel Felipe Aragón, rechazar los ataques en su contra, utilizando el diálogo como conexión sagrada y enfatizando en la importancia de los derechos colectivos.
Más que un simple encuentro, fue un reconocimiento a la cultura, los saberes, los usos y costumbres y la identidad de la Gran Nación wayuú; fue un espacio donde también hubo una muestra de la danza propia, de la lengua materna y un acercamiento profundo a la cosmovisión, fomentando la reflexión, y sobre todo, la preservación de los conocimientos ancestrales.
Wayuú de todas las edades, escucharon a los mayores como una muestra de respeto, escucharon al hijo de Josefa González (q.e.p.d.), las mujeres vistieron su mejor wayushein porque fue un día de fiesta, porque por primera vez las comunidades indígenas se sienten representados y ahora sí por uno de los suyos, un indígena hablante de su lengua materna, que conoce las necesidades de su territorio y que tiene una propuesta de gobierno enfocada en mejorar la calidad educativa, la seguridad alimentaria y brindar condiciones dignas a los habitantes de zona rural, pero también a los más vulnerables que por años han sido olvidados y hoy esperan en Miguel Felipe, su reivindicación.
Miguel Felipe Aragón no es un candidato más, es el sentir de un pueblo que espera por fin, que el municipio fronterizo avance en su economía, en la generación de empleo, en seguridad, educación, salud, turismo y en igualdad de condiciones para todos los habitantes de Maicao, que sin ningún tipo de distingo tengan oportunidades en un gobierno que trabajará por la equidad, el respeto y utilizando la diversidad étnica y multicultural como una fortaleza.
Hoy Miguel Felipe, un wayuú de palabra está respaldado por su pueblo, alijunas e indígenas suman esfuerzos, se unen en un solo corazón por el despertar de la Gran Nación wayuú, por la reivindicación de Maicao, por el avance para todos, y lo demuestra cada encuentro, cada reunión, cada amanecer que trae consigo una esperanza vestida de rojo para elegir a un alcalde nativo, al hijo de Pasipamana que tiene la disposición de seguir sirviendo a su gente, esta vez desde la Alcaldía municipal.