Pese a los múltiples anuncios para atender los requerimientos de la ciudadanía y a los esporádicos patrullajes que ejercen las autoridades de Policía y Ejército, la inseguridad en las carreteras que comunican a Maicao con el sur de La Guajira, con Riohacha y Paraguachón sigue afectando a los conductores, pasajeros y ahora a los ciclistas que utilizan esas rutas para hacer deporte.
En los actos más recientes ocurridos esta semana, cuatro ciclistas que salieron a las 5 de la mañana hacia Cuatro Vías, zona de intercepción que comunica a Maicao con la Alta Guajira, Riohacha y el sur del Departamento, fueron atracados por cuatro indígenas y un venezolano.
El hecho tuvo como escenario el segundo puente cerca de un retén de la Policía que está instalado en ese tramo vial.
Narran los afectados que los antisociales portaban dos revólveres y dos escopetas. Les quitaron los celulares, zapatos, bolsos, las luces que portaban como señales de prevención y de paso desnudaron a una joven que los acompañaba. Los otros tres compañeros los golpearon en el pecho con la culata de la escopeta.
Al día siguiente, esta misma semana, se produjo otro asalto al parecer por los mismos sujetos, debido a las mismas características y modus operandi, pero esta vez en la carretera que comunica la cabecera municipal Maicao con el corregimiento de Carraipía.
En esta ocasión, un grupo de ciclistas se movilizaba a las 11:30 a.m. por el kilómetro 90, cerca a unas parcelas.
Allí los sujetos interceptaron a los ciclistas, les quitaron los celulares y los bolsos y los dejaron sin sus calzados, así como les robaron una de las bicicletas, golpearon con las culatas de las escopetas en el pecho a los ciclistas y le manosearon los senos a una mujer que iba en el grupo.
Aseguran los ciclistas que, en ambos casos, los atracadores alcanzaron a mostrar sus armas de manera intimidante, lo que provocó el natural pánico entre los afectados, ya que de haberse disparado una de esas armas hubiera sido fatal.
“Esto no puede continuar así, debe haber más seguridad en las carreras y rigurosas revisiones porque quienes salimos a hacer deporte somos esposos, padres, hijos, hermanos, amigos y muchos hasta nietos”, dijo uno de los ciclistas que habló con Diario del Norte.
Ya es habitual que en estas arterias mencionadas se cometan diariamente hasta tres y cuatro asaltos sin que hasta el momento se hayan conseguido resultados positivos para acabar con esas bandas de antisociales, ahora conformadas no solo por ciudadanos de la etnia wayuú, sino en alianza con venezolanos.
Estos individuos comenzaron este mes haciendo su agosto, pues en la llamada lomita del kilómetro 89, donde cometen con mucha regularidad los ilícitos, fue asaltado un vehículo que lleva alimentos para el corregimiento de Carraipía, llevándose hasta los panes que una pasajera llevaba para sus nietos.
Los usuarios de la vía dicen que no se explican cómo los retenes del Ejército están siempre ubicados muy cerca a lujosas parcelas y que a pesar que en reiteradas oportunidades se les ha dicho cuáles son los puntos donde atracan y que son zonas que están marcadas por las huellas de los carros que dejan en momentos en que deben frenar para obedecer a los asaltantes, no parece importarles en lo más mínimo lo que sucede en esos tramos viables.