Con la entrega de cinco productos audiovisuales, el programa de Desarrollo y Paz del Cesar y La Guajira cerró el proyecto sobre terapeutas populares, articulado a las artes y las comunicaciones.
Las terapeutas y los terapeutas entregaron sus productos a través de distintas manifestaciones artísticas y comunicativas sobre lo que fue la reflexión alrededor de temas como la salud mental.
En el desarrollo de la iniciativa que fue apoyado por Malteser International, se presentó una composición musical que fue creada colectivamente por el grupo de las terapeutas populares de los tres departamentos.
“Fue una construcción colectiva, la interpretación estuvo bajo la responsabilidad del cantautor vallenato Andrés Mindiola”, explicó Amaury Padilla, director del programa de Desarrollo y Paz del Cesar y La Guajira.
En ese sentido, el cantautor expresó que “fue un ejercicio colectivo, con gente que trabaja mensajes profundos que yo en realidad subestimé en un principio; pensé que era gente más afectada que profunda con una gran capacidad de ir a lo importante”.
Explicó que inicialmente fue un ejercicio de sensibilidad interpretando cada canción. “Cada uno expresó por escrito su mensaje, convocamos a Dios al asunto y nos envió la melodía. Empezamos a unir todas las frases que cada uno escribió en un papelito y terminó algo fuerte y bello, la canción amor en wayuú”, relató.
En los productos entregados como podcast y cortometrajes, se recogen las experiencias y mensajes a partir de las vivencias de las terapeutas, y cómo pueden ser útiles para las comunidades.
El objetivo del proyecto es poder mostrar cómo las artes y las comunicaciones articuladas a las redes sociales, pueden convertirse en una herramienta útil en esta era de la información para poder llegar a públicos mucho más masivo.
Los productos
Desde el departamento del Cesar, se trabajó la radio novela “No me toca más”, sobre la concientización de la importancia de romper el ciclo de la violencia de género desde la intervención en el que la escucha y las habilidades adquiridas en el taller de terapeutas populares les brindó las herramientas para aportar a la salud mental en los territorios.
El grupo lo integran Tania Durán, Mildred Guerrero y Yira Cantillo.
Desde el departamento del Magdalena, se presentó el video clip ‘Tengo un dolor’, fundamentado en un bullerengue de Alekuma que encarna el dolor irreconocible, aquel dolor que muchas veces se siente, pero no se logra identificar. “De esta manera el Magdalena busca concientizar a cada uno de los espectadores sobre el ‘sin sentido de la vida’, aquel sin sentido construido por las experiencias que poco a poco se expanden como raíces en el corazón, envenena el alma y que grita pidiendo ayuda”, expresaron las integrantes del grupo.
Precisan, que es allí donde el Terapeuta Popular extiende una mano hacia el desorientado y lo lleva a reencontrarse con el sentido de la vida, al igual que sanar aquellas heridas que agrietan y dañan el alma.
El grupo está integrado por Laura Hasbum, Rosmarina Varela, Marlon Sánchez, Sandra Fontanilla, Didier Lanao y María Fernanda López.
La Guajira, en tanto, presentó el corto metraje ‘Paz mental local-Amor’, en donde se muestra cómo el amor sigue jugando un papel fundamental en la salud mental de las personas.
“Sentir el amor, ya sea hacia uno mismo o hacia los demás puede tener impactos significativos en el bienestar emocional y psicológico. El amor puede brindar consuelo, seguridad emocional, reducir el estrés, aumentar la autoestima y promover sentimientos de pertenencia y conexión con los demás”, explicaron las integrantes del grupo Mary Peralta, Zuley Bonivento, Miladys Álvarez, Wendy Pichón y Jashay Hernández.
Las terapeutas
Ruth Uriana, de la comunidad Alewa Los Monos, zona rural del Distrito de Riohacha, expresó que la terapia popular ha sido una experiencia de sanación interna, para luego ayudar a otros a sanar, además que es una herramienta de apoyo y orientación psicosocial que se ha gestado desde el corazón, y una apuesta para las comunidades para brindar apoyo individual y colectivo.
Agregó que las terapeutas populares han podido identificar sus propios recursos innatos para poder orientar la vida, y así soñar más tranquilos desde el amor y el respeto por los demás un territorio en paz.
“Nuestra tarea es seguir multiplicando este mensaje y llevando esta iniciativa desde donde estemos, a donde el camino nos lleve siempre con el pensamiento y origen de nuestros ancestros.
Sin duda alguna la riqueza de sanación mental y física de mi pueblo wayuú se han juntado con la terapia popular para ser aun mas eficaz esta labor de acompañamiento dentro de mi comunidad”, expresó.