Podría pensarse que el sistema colonial es algo caduco en América donde, supuestamente, salvo en alguna que otra isla del Caribe del mar Austral, se encuentra uno que otro vestigio de una institución que aparentemente pertenece al pasado y que ya ni la ética ni la gente decente, aceptan en sociedad. Nada más erróneo.
Hoy como ayer, el coloniaje sigue siendo una industria propia, bajo uno u otro ropaje que disfraza una práctica y un sistema institucional… y así como hay colonias hoy, por supuesto, países colonizadores incluidos países americanos, entre ellos Colombia.
En La Guajira los actos de coloniaje se ven a diario, que no vamos a mencionar en esta columna si no que, dentro del mismo Departamento, existen casos de coloniaje entre los municipios guajiros.
Es el caso específico de Villanueva que se ha convertido en colonia de San Juan del Cesar. Pero no por culpa de los sanjuaneros, si no por culpa de la clase dirigente de los villanueveros. Villanueva hoy depende mucho de sus actos administrativos del municipio de la luna sanjuanera.
Villanueva pasó de ser el centro de la política y de muchas decisiones administrativas del municipio más extenso en el sur de La Guajira. Casos concretos así lo confirman.
Villanueva poseía Telecom, como centro de primer orden. Hoy dependemos en materia de comunicaciones en todos los sentidos de San Juan del Cesar. En el área bancaria Villanueva contaba con la Caja Agraria, el Banco de Bogotá y Bancafé, pero ya de esto casi nada existe. Todo lo concerniente al sistema crediticio nos tocaba hacerlo en el municipio vecino, a través del Banco Agrario, que se encuentra bien posicionado allí, pero gracias a la gestión del actual alcalde de Villanueva nos llegó la independencia con la instalación del Banco Agrario para beneficio de los productores del campo.
En materia de salud, también dependemos casi en un cien por ciento del Hospital Regional de San Juan. Todo caso de enfermedad por muy leve que esta sea va a parar al centro asistencial anteriormente señalado.
En relación a la energía, el centro eléctrico de la línea que viene de Valledupar, está ubicado también en el municipio vecino, lo que nos hace dependiente en todos los órdenes.
Las interferencias eléctricas se siguen presentando y las causas son muchas y cuando no las tienen, los sanjuaneros se las inventan y esta interrupción no solo afecta a nuestro municipio, sino también a El Molino, Urumita y La Jagua del Pilar.
Para fortuna ya Air-e posee una oficina en Villanueva y los reclamos se pueden hacer en la tierra bella, por lo menos en eso hemos avanzado. Pero en su mayoría lo referente a empleos directos e indirectos y apoyo logístico es de naturaleza sanjuanera.
En relación a los registros de bienes inmuebles, también hay que acudir a San Juan, porque allí es donde está ubicada la Oficina de Instrumentos Públicos. Hasta en cuestiones notariales vemos a los villanueveros en la Notaría de San Juan y no entiendo si acá contamos con una. Así mismo en lo relacionado a los centros asistenciales pecuarios, el ICA también funciona allá, aunque tenemos una oficina acá, pero funciona a medias y Villanueva depende exclusivamente en este sector del municipio sanjuanero.
¿Cuándo nos convertimos en apéndices de San Juan del Cesar? La fecha exacta no la tengo, pero sí fue hace años, y todo por la culpa de la negligencia de nuestra clase dirigente, que, imbuida en sus apetitos personales, se les olvidó que este municipio tuvo lustre y brillo en su pasado reciente y no tuvieron la grandeza de mantener esos estándares de liderazgo de la tierra bella. Villanueva hoy sufre de pandemia de indiferencia de todos sus habitantes y la polilla del ocio mental, con el gorgojo de las veleidades pueblerinas, nos está haciendo mucho daño y si continuamos con esta desidia y esta falta de sentido de pertenencia, vamos a llevar a Villanueva a un estado postrero y lastimero.
Despertemos y corrijamos el rumbo y retomemos el norte o las próximas generaciones nos culparán por los males seculares que se han sembrado en ella. O le imprimimos el acelerador de mano y apalancamos las ruedas del progreso o nos tocará asumir el papel de coloniaje que San Juan del Cesar ha impuesto sobre nuestra Villanueva del alma. ¿Cuándo despertaremos del letargo en que nos encontramos?