Si me preguntaran por qué escribo tanto de Villanueva, mi respuesta sería una sola: es mi terruño, la que quiero tanto y lo manifiesto a través del don que Dios me ha dado, como lo es de plasmar tantas cuartillas de los aconteceres que históricamente han hecho grande a Villanueva.
Pero también Villanueva no sé si será su clima o su ubicación genera en mí la musa para escribir así como generó esa misma musa que engrandeció al vallenato en la inspiración de grandes compositores como Rosendo Romero, ‘Beto’ Murgas, Daniel Celedón, ‘Poncho’ Cotes Junior, Idelfonso Ramírez Bula, ‘Emilianito’ Zuleta, entre otros que ubicaron a Villanueva en un punto de referencia en la geografía nacional.
Por ello Villanueva no sé si por ese vórtice de energía que por más de 100 años emanó en un sitio específico llamado la sierra negra, ocurrieron tantos hechos sobresalientes que uno en especial me llama la atención y son los vientres prodigiosos que generaron pro hombres en sus diferentes facetas.
El primer vientre prodigioso al que me voy a referir, es el de una matrona villanuevera que ha dado hombres preclaros en diferentes profesiones, ella es Julia María Bolaño, que aunado a sus sacrificios, trasnochos, Dios la premió con ese gran bagaje de hijos sobresalientes en el derecho y en la medicina: Álvaro, quien fuera magistrado por mucho tiempo en el contencioso administrativo; Ugalvis, quien fuera director de la Fiscalía en La Guajira y que continúan presentes en las batallas jurídicas; así como Iván, exfiscal en el Cesar y catedrático de los mejores; Luis Ángel de los mejores otorrinolaringólogo que tiene la región Caribe y José Carreño, médico y quien se ha dedicado exitosamente en la medicina estética y plástica y con reconocimiento también en el Cesar.
El segundo vientre prodigioso es el de Dilia Valverde, viuda de Fernández, quien ha dado notarios, músicos de los mejores, educadores, mujeres cívicas y pare de contar. Jesualdo, exnotario, abogado, compositor, músico, arreglista e investigador cultural; Manolo también notario y músico por excelencia; Oscari y Blanca, educadores; Mercy, de las grandes mujeres cívicas; María Consuelo, empresaria destacada. Doña Dilia, gran matrona villanuevera que goza del aprecio y reconocimiento de su pueblo en general.
Ahora le toca el turno a Ana Antonia Ospino, viuda de Romero, la popular ‘Nuñe’, mamá de Israel, el mejor acordeonero del mundo certificado por la academia alemana, uno de los acordeoneros más versátiles con que cuenta el vallenato y un ícono de nuestra música, que con su compadre Rafael Orozco, alcanzaron el cielo musical y se prodigaron como los mejores en su género. Rosendo de los mejores compositores de la línea de la romanza con que cuenta el vallenato, investigador y autor de un sin número de melodías que inmortalizó a nuestro folclor y por ende lo inmortalizaron a él. Limedes también excelente acordeonero, Rafael y Misael los mayores en su género y también en su música.
En el cuarto está Flor Gil de Escobar. Una gran matrona, vientre prodigioso de profesionales destacados en diferentes ramas, la abuela del joven asesinado Luis Andrés Colmenares Escobar, mujer recta y transparente en todos sus procederes. Andrés arquitecto, probo en todos sus actuares; José Alberto ingeniero civil con una trayectoria importante; Moisés y ‘Caco’, juristas destacados; y Oneida, administradora de la salud. Una familia unida y ejemplo de superación.