La gran ‘Victoria Guajira’ tiene 8 años, una mente poderosa propia de las calagualas urumiteras, amor e inocencia genuina con la cual irradia al mundo esperanza de una vida en equidad e igualdad de derechos.
Ella es Victoria Molina Barros, una deportista que pertenece a la Liga de Gimnasia del Cesar pero que su esencia ancestral es del poderoso sur de La Guajira entre la sierra y la malanga, las arepas de maíz y los vallenatos cautivadores.
La nueva generación de mujeres que ahora son niñas empoderadas tiene promesa infinita para La Guajira, he dicho muchas veces que la transformación es con las mujeres o no será, y las niñas como Victoria demuestran que no son una generación de cristal sino de Roble que no se quebrantan ante el miedo ni se detienen ante los obstáculos.
De la Gimnasia al éxito
Victoria es una niña comprometida con sus pasiones, entregada al estudio, cursa tercero de primaria en el Colegio Howard Gardner School, a leer, a jugar con sus muñecas y a entrenar sin distracciones. Lo hizo con tanta entrega que fue una de las medallas para el departamento del Cesar de 57 que obtuvieron en el Sudamericano donde participaron 8 países y 1.650 niñas.
Orgullo urumitero
Es nacida del vientre bendito de María Alejandra Molina, una mujer empoderada y comprometida con una formación integral para la gran Victoria. Ella es una madre consciente de la importancia de seguir cambiando paradigmas machistas que lapidan sueños de igualdad y equidad, de crear para las niñas escenarios de garantía y protección, que les permitan abrir infinitamente sus alas que el mundo sepa de ellas y sus talentos. Aplaudo a las madres que como ella acompañan a las nuevas a generaciones a crear y creer que tienen un poder ilimitado, mujeres que rompen el histórico de desigualdades de género y tejen nuevas realidades.
Hay esperanzas en las niñas guajiras y del Caribe. Ellas están demostrando desde las artes, el deporte, la ciencia y todos los escenarios posibles, que no se resignan al miedo y que están dispuestas a reinventar este departamento que no en vano es la dama y cabeza de Colombia.
Vivan las niñas inspiradoras como Victoria que trabajan con disciplina por sus sueños, acá estaremos para apoyarlas e iluminar sus caminos.
El presente y futuro se escribirá con las niñas y las mujeres indudablemente.
Gracias Victoria por inspirarme a seguir trabajando por un mundo donde las niñas y las mujeres vivamos confiadas y libres.