Para aquellos que han leído o han estudiado un poco sobre los mecanismos para reformar la Constitución Política, que son constitucionalistas y si revisamos los orígenes de nuestra Constitución de 1991, que es una Constitución nueva, podemos decir sin lugar a dudas que esa constituye que quiere implementar el Gobierno nacional, y fue ratificada por el doctor Juan Fernando Cristo, una vez fue posesionado como ministro del Interior, como vocero del Gobierno y responsable de manejar las relaciones políticas con el Congreso de la República, resulta inviable, imprudente, causaría más divisiones políticas en el país y desde el punto de vista quizás el más importante, no se cumplirían con los requisitos de orden constitucional y legal, por el siguiente análisis que detallaré en esta columna.
La Asamblea Constituyente es una figura contemplada en la Constitución de 1991 que permitió modificar o reformar la Carta Magna. Hace más de 30 años, el movimiento estudiantil Séptima Papeleta impulsó, con apoyo presidencial, con la participación de la sociedad y de las altas cortes, un proceso constituyente que permitió en su momento cambiar la Constitución de 1886, dicen los grandes expertos o constitucionalistas que la Constitución de 1886, a pesar de reformas muy importantes, era muy corta para un país que requería más derechos y una mejor democracia. Por otro lado, se reconocía que había temas en lo institucional que funcionaban mal, un presidencialismo excesivo y una centralización del poder.
Pero la ciudadanía ante muchos desplazamientos forzados y homicidios selectivos por grupos paramilitares, genocidio de la Unión Patriótica, intensificación de las acciones de la guerrilla, atentados terroristas del narcotráfico. Y ante el sentir de que teníamos una Constitución de 1886 que no garantizaba derechos, había una gran preocupación del pueblo colombiano y un gran sentimiento de que esto no podía seguir así, de que había que hacer algo. Y así fue como se empezó a pensar que una Asamblea Constituyente podría permitir un nuevo pacto político para Colombia encarnado en la Constitución que hoy tenemos y que debemos cuidar y proteger.
Si revisamos el objeto fundamental o lo que trajo consigo, desde el punto de vista sustancial la carta política de 1991 puso sobre la mesa un robusto sistema de acceso a la justicia, pensado para garantizar y priorizar derechos fundamentales como la salud, la educación, el acceso a servicios básicos, la participación política y las libertades de culto, pensamiento y expresión, descentralización administrativa, separación de poderes, mecanismos jurídicos como la acción de tutela para la salvaguarda y el acceso efectivo a la justicia en todos sus órdenes, y el sistema de contrapesos que es indispensable en el poder, situación que hace o consideremos que es una buena Constitución que no merece ser reformada todo lo contrario blindada en su estructura orgánica.
Esa Asamblea que pretende iniciar el Gobierno, donde actualmente no tiene la mayoría del Congreso le resulta difícil al presidente Petro obtener el número de votos necesario para que tanto el Senado como la Cámara de Representantes impartan aprobación a una ley para consultarle a la ciudadanía acerca de la convocatoria a una Asamblea Constituyente, no es como presentar una de cualquiera de las iniciativas normales pues se trata de una ley que deberá una vez sancionada por el Presidente enviarse para la Revisión o control constitucional de esa ley por parte de la Honorable Corte Constitucional, quien como máximo órgano de la Jurisdicción constitucional y encargada de la salvaguarda de la Constitución decida si es aprobada o no.
Para concluir, y a manera de resaltar, el presidente Gustavo Petro actualmente no cuenta con la mayoría de votos en el Congreso para respaldar esa iniciativa, se esta a la espera de la posesión del nuevo período legislativo este próximo de 20 de Julio para ver cuál sería la estrategia que utilizaría el ministro Juan Fernando Cristo de origen Liberal para conseguir una gran alianza nacional que realmente respalde esa iniciativa. Hoy a mi juicio no solo le queda poco tiempo en su periodo, si no que sería votado negativamente dicho proyecto de ley, porque la gran mayoría de los partidos tradicionales creen que uno de los puntos sería la reelección de su mandato y las propuestas no apuntarán como eje central al proceso de paz, temas de educación, violencia y la reconciliación, de presentarse una Asamblea que cumpla con los requisitos sustanciales y formales, con propuestas sociales, económicas sanas para el país se deberá escuchar el debate en la academia, sociedad civil, altas cortes y en especial en el Congreso para tomar la mejor decisión que salvaguarde dicha carta política.