Las imparables precipitaciones, que en los últimos días han profundizado las emergencias en Barranquilla y los municipios del Atlántico están dejando miles de familias damnificadas y pérdidas incalculables, aumentado las amenazas y vulnerabilidades.
Una situación que demanda solidaridad y apoyo con las comunidades afectadas, así como también acciones inmediatas que contribuyan a minimizar los riesgos y evitar que se generen nuevas afectaciones.
Casas destruidas, decenas de vías arrasadas, acueductos fuera de servicio, cementerios destruidos, tierras agropecuarias inundadas y desbordamiento de la crisis sanitaria, son algunos de los efectos catastróficos que pueden enumerarse en tiempos de un invierno cada vez más desaforado. Los eventos registrados el pasado fin de semana dejan saldos en rojo, especialmente en el municipio de Piojó, donde se presentó una de las peores tragedias, con la destrucción de 13 viviendas y la afectación de cerca de 100 casas, debido a un deslizamiento, cuyas causas aún son motivo de investigación.
El recrudecimiento del invierno está dejando en evidencia, una vez más las deficiencias que tiene el departamento del Atlántico en la gestión del riesgo y la adaptación a la nueva realidad climática. La alta vulnerabilidad que mantenemos ante los eventos generados por las lluvias y el sombrío panorama que se avecina, nos exige repensar las acciones de prevención y preparación que se están realizando. Para evitar que esta fuerte temporada de invierno produzca más catástrofes, necesitamos contar con una Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo al servicio de los atlanticenses, que implemente políticas de gestión del riesgo adecuadas y acordes a las necesidades de cada municipio.
Estos días en los que la tragedia ha rodeado a miles de familias del Atlántico y otras regiones de Colombia, no podemos hacer nada distinto a unirnos en un mismo espíritu de solidaridad y fuerza por la recuperación de aquellos que lo han perdido todo. Cada uno de nosotros puede contribuir con la donación de mercados, agua, implementos de aseo y elementos como colchonetas, en el centro de acopio que hemos habilitado en Barranquilla, en la Cra. 57 # 68 – 70, así como en los lugares establecidos por la Gobernación del Atlántico y demás autoridades, que se han sumado a esta causa. Ayudemos a las familias damnificadas que buscan la manera de recuperar lo que hasta ahora se ha perdido, vamos a mostrar con acciones el espíritu de solidaridad y hermandad que existe entre los atlanticenses.
La situación en el Atlántico no da espera, por lo que solicitamos al Gobierno que acelere las transferencias de los recursos anunciados, esta semana, por el presidente Gustavo Petro, para que se le pueda brindar una adecuada asistencia humanitaria a los damnificados del Atlántico y además se realicen las obras de mitigación necesarias.
Los devastadores eventos registrados en lo que va de noviembre constatan el caos climático que se está presentando en Colombia. Las familias más vulnerables no pueden seguir viviendo en zonas de alto riesgo. Es necesario, prioritario y urgente, que la Nación, departamentos, distritos y municipios profundicen el trabajo en relación con el impulso de políticas de mitigación y adaptación al cambio climático.