El solo afectado son los seres vivientes, especialmente, el ser humano.
En Colombia somos 52.700.000 habitantes y de esos 51.751.400 (98.2%) ven televisión pública y por cable; 26.565.782 personas (50.4%) escuchan radio pública y privada, y 38.450.000 (72.9%) ‘cacharrean’ por redes sociales. Entonces, por esos tres medios de información y de comunicación masiva nos han enterado, o en ellos ‘nos hemos tropezado’ audios y videos sobre campañas específicas, jornadas de información, educación y exhortación para evitar que tres circunstancias lideradas por los seres humanos sean tragedias para la especie humana, para los animales, el ambiente y sus usuarios.
Son tres tragedias que nos causan mucho dolor, penas y hasta cambios en el curso de vida o en los proyectos de vida de muchas personas y familias y son: 1) las lesiones y decesos ocasionadas por quemaduras con pólvora, 2) la altísima siniestralidad vial con muertos y heridos, y 3) los feminicidios.
En cuanto a la tragedia por pólvora: por parte del Gobierno nacional, principalmente el Ministerio de Salud y Protección Social, las 32 gobernaciones de departamentos y más de 1104 municipios emprenden todos los años campañas de prevención para la eliminación del riesgo de lesiones por el mal uso o uso irresponsable de pólvora y pirotecnia para acompañar o hacer más visible y notorias las celebraciones y festividades. Por eso cada año desempolvan y actualizan miles de decretos, resoluciones y comunicados en todas esas entidades territoriales y siempre las estadísticas son alarmantes, desastrosas y dolorosas. Por todo esto se podría deducir que el asunto es asimilable a enfermedad mental o trastornos cognitivos manifestados con pérdida de la memoria, de la atención, la comprensión, etc. porque revisando la causalidad de esta tragedia nos encontramos generalmente involucrados o los adultos y jóvenes manipulando pólvora de manera inexperta y/o bajo los efectos del alcohol; adultos y jóvenes que proveen a niños estos artefactos desastrosos y de alto potencial destructor; y también están los eventos que ocurren ‘por casualidad’ en las calles, en los parques y en otros lugares que, sin estar el lesionado manipulando pólvora le cae o impacta material pirotécnico que otros manipulan.
Aproximo mi comentario a que es un problema mental de demencia o cognición porque no es justo que años tras años con tanta información para prevenir y recordándonos la tragedia del año anterior, con tantas campañas sobre lo mismo, nos ocurran tantas lesiones y muertos por este fenómeno. Es también un hecho de irrespeto por las leyes y normas que regulan y prohíben el uso y mal uso de la pólvora puesto que disposiciones y comunicaciones hay por montón todo el tiempo. Y entonces, con esas cifras de gente que recibe información por radio, redes y TV, donde en su contenido está lo de cuidar la vida y la integridad física ‘porque la pólvora no es un juego’: Pareciera que el mensaje es todo lo contrario porque cada vez hay más tragedia en los seres humanos.
Y qué no decir del doloroso espectáculo de miedo y terror de los perros; de la desbandada, sobre todo en las noches, de los pájaros en su desesperada búsqueda de refugio y protección. Muchos de estos animales hasta mueren, se desubican y se pierden, lo que es significativamente una tragedia ambiental. Mi conclusión: si hasta ahora con tantas prohibiciones y medidas de prevención y no se ha podido erradicar la producción y venta de pólvora con estos fines y esos trágicos usos, se necesita que haya una ‘bukelada’ y capturen, metan presos e incomunicados durante 3 años, sin juzgamiento, a productores, expendedores y usuarios por incumplimiento de la Ley y normas vigentes, y a todo el que comercialice esa pólvora; y también por irresponsabilidad a adultos y jóvenes que se lesionen, y, una pena o sanción ejemplar para padres y demás cuidadores irresponsables.
Otra tragedia: los accidentes y siniestros viales
Estos se constituyen en una de las formas de perder la vida más colombianos. Que más de 7000 personas hayan fallecido en el año 2024, es una verdadera tragedia que transita por nuestras vías. Que sean más de 4000 en accidentes en motocicletas y 2000 en bicicletas y más de mil en automotores, nos dice que estamos andando en búsqueda de la muerte, o la discapacidad, o de lesiones, sin precauciones, sin medidas de prevención de accidentes y con una irresponsabilidad sin límite en el uso de vehículos, por el irrespeto de las señales mínimas de movilidad segura, y por el abuso en las vías de nuestros estados y condiciones físicas y mentales para conducir.
Lo hemos vivido muchas veces en todos los municipios de La Guajira, y es desgarrador el sentir y gemir de padres, familiares y amigos cuando una persona va a ser sepultada porque perdió la vida en un accidente de tránsito, Los amigos y familiares lamentamos su pérdida de la vida, pero los padres y hermanos reflejan la culminación de un proyecto de vida, la partida de unos sueños y el inmenso vacío que deja en su hogar, en su familia y en la sociedad.
La pedagogía vial enseña que ninguna muerte en accidente de tránsito es aceptable, todas son evitables. Por lo tanto, está en el ser humano evitar lesiones, discapacidades y muertes.
El feminicidio, otra tragedia que dice de la sociedad retrógrada y apática que somos.
Es lamentable que este creciendo la punibilidad en Colombia en vez de crecer la conciencia que la vida se respeta, que a la mujer no se le puede agredir y mucho menos por su condición de menor fortaleza física y su indefensión ante la agresividad y machismo, principalmente. Menos debe darse la violencia entre mujeres mismas, con lesiones y fatalidades.
Entre las principales causas de esta tragedia están las agresiones por violencia de pareja, la intolerancia intrafamiliar y social.
Esta tragedia es el reflejo de una sociedad con bajo índice de factores de protección psicosocial y altísimos factores psicosociales agravados estos por disfunción familiar, consumo de alcohol o sustancias psicotrópicas.
Dolorosas son las estadísticas que se manejan en Colombia y reflejan una crisis social: más de 745 feminicidios en el año 2024.
Según la ONU, en el mundo cada 10 minutos hay un hecho violento con muerte o de agresión física, mental y espiritual contra las mujeres y eso simbólicamente, cada agresión, es una estrella que se apaga en el espacio de la convivencia social sana de la especie humana.
Es tiempo de reflexionar, crear ambientes desde las escuelas y colegios para que desde niños aprendamos a vivir en comunidad y poder fomentar cero tolerancias del delito contra la mujer bajo el signo y deber de respetarnos y sobre todo respetar y cuidar a la mujer no como muestra de debilidad, sino, como un derecho alineado a nuestra condición de seres racionales y sociales.
Sería interesante llegar a saber qué conexión tienen estos 3 fenómenos que, en el último trimestre del año, especialmente diciembre, se aumentan los hechos, las víctimas y los perpetradores.