Es mejor manejar relaciones políticas, con buen humor y folclor, que con odios, rencillas, soberbia, cizañas y arrogancias; factores negativos que inciden en campañas políticas de elección popular.
El saludo de ‘Poncho’ Zuleta al candidato presidencial Gustavo Petro Urrego, manifestándole en concierto musical en Barranquilla, donde estaba presente el hijo Nicolás Petro, mandándole saludo a su padre, expresándole en tarima “Se voltio la arepa” cuya frase se divulgó en medios de comunicaciones y viralizó en redes sociales.
De igual forma, la expresión de rencor manifestada por el mandatario de La Guajira, Nemesio Roys Garzón, en su regreso al cargo por decisión de fallo de tutela, en Sección Segunda del Honorable Consejo de Estado, refiriéndose aquellos coaligados con el Gobierno departamental, frente a compromisos de apoyo electoral. Los desenmascarados quedarían desvinculados de la administración departamental en el manejo del clientelismo politiquero. Riñas y enojos que no faltan en las caídas y pérdidas del poder.
Estamos acostumbrados y habituados a brollos, bochinches, chismografías, escándalos y discusiones estériles de necios estúpidos, aduladores y fanáticos inducidos a pasiones emotivas, que los enloquecen y transforman en personas desatinándolas y perro ladrador, utilizados por impulsores para aplausos, peleas y tramoyas. También surgen resentimientos y revanchismo en desquite de venganzas.
Tenemos partidos de papel con direcciones torcidas, sin principios que los caractericen e identifiquen, al vaivén de prácticas de corrupción, manipulando y engañando incautos, negociando voluntades y conciencias, aprovechando necesidades humillantes, en que viven muchas personas, abandonadas, explotadas y obligadas a vender el voto, que popularmente ha dejado de ser sagrado en democracia.
El expresidente Juan Manuel Santos expresó: “En política, la traición es casi la regla, no la excepción” recordando que ha vivido muchas traiciones. De ahí, se deduce que la seriedad en mañas de políticos es una farsa, que se repiten continuamente en campañas de elecciones populares, atiborradas de especulaciones, engaños y mentiras.
Que ‘Poncho’ Zuleta jocosamente haya manifestado que “se voltio la arepa” no es nada raro que ocurran, cuando las traiciones brotan por conveniencias y beneficios, hasta en aquellos que se perfilan de serios. El cantante Tomás Alfonso Zuleta Díaz, aclara que fue un saludo que no lo compromete en el calor y alboroto de entusiasmo, propio de costeños enfiestados, entonados y ebrios, recalcando en remate su amistad y simpatía al presidente Álvaro Uribe, a quien profesa admiración. Es cierto que Zuleta lanza saludos a muchas personas, entre ellos políticos, sin detallar ni descrinar colores partidistas de aspirantes a elección popular durante su carrera artística.
La expresión “se voltio la arepa” se volvió tendencia, generando críticas y comentarios, que no le hacen mella al cantante para preocuparlo, pero lo obligaron a pronunciarse con un comunicado. Petro dio las gracias. El alusivo término “Se voltio la arepa” se volverá repetitivo e inspirarán composiciones, con melodías pegajosas direccionadas a quienes se quitan los antifaces.