Fue el 26 de diciembre de 2019 precisamente el día de mi cumpleaños, cuando un sanjuanero secular, me sorprendió por mi cuenta de Facebook con un mensaje de felicitación y motivación por lo especial de la fecha. El ciudadano se identifica como Luis Carlos Cujia, quien, en mis averiguaciones orales, supe que es hijo de Amada Guerra, de la descendencia de Chema Guerra, sobrino de César Guerra ‘Maquicho’, de José Manuel ‘Chema Guerra’ y de Ciro Pan (Q.E.P.D.), entre otros. El texto del mensaje decía: “Que cumplas un millón de años más, Sanjuanero de Racamandaca y Pura Sangre”. Esa expresión llamó poderosamente mi atención por el calificativo o remoquete con el cual esa persona quiso estimularme justamente en una fecha tan ocasional. Me puse entonces, en la tarea de averiguar con mis familiares y allegados, que significa para ellos, un sanjuanero de racamandaca y pura sangre.
Entre tantas definiciones, guardo en mi memoria, algunas que quiero compartir con ustedes. Un sanjuanero de racamandaca y pura sangre es un patriota orgulloso de su pueblo y su idiosincrasia. Es ese hombre o mujer, que nunca se desliga de los orígenes de donde viene y con mucha pertenencia y arraigo, lucha por los mejores y más caros intereses de su gente. Ese que se viste con la bandera de San Juan y entona con orgullo su himno y donde quiera que vaya grita, yo soy sanjuanero, y esa es mi cuna incomparable.
Un sanjuanero de racamandaca y pura sangre, es entonces, aquel ciudadano que honra a su tierra donde quiera que se encuentre y quiere retornar a ella. Es orgulloso de que por sus venas corran poesías y melodías y también de ser paisano de María Teresa Egurrola, nuestra eterna reina nacional de la Belleza. Igualmente, de Diomedes Díaz, el inmortal cacique de esta tribu y de Juancho Roís, el magistral acordeonero que registró con sapiencia musical el acordeón alemán. Del mismo modo, quien leyó las letras de la pluma de Yin Daza y Kety Cuello, y, además, tarareó y conoció el realismo mágico de las canciones de Tijito Carrillo, Roberto Calderón, Hernando Marín y Máximo Móvil. Un sanjuanero de racamandaca y pura sangre, es aquel romántico soñador que serenateó a su enamorada en un viejo ventanal con tres canciones y la Luna Sanjuanera hasta ver despuntar el sol con sus amigos de francachela. Ese mismo que, envió carticas de amores por barquitos de papel en las torrenciales corrientes de la lluvia después de disfrutar del arco iris. El que también escuchó hablar de las parrandas de Tatica y Escalona, los chistes de Turo Molina y las mentiras de Cayito Álvarez. Quien alguna vez acudió a las galleras y conoció la honradez de Burbay y de Checha Urbina, o en su defecto, contempló la magia futbolística de Moncada, Petende, Checaco, Culula, Efraín Orozco o Wilmer Frías.
Ese que conoce a sus paisanos por sus apodos o sobrenombres y los saluda cordialmente en el diario acontecer. También quien ha reído a carcajadas con Álvaro Álvarez y ha sentido la mano generosa de Nono Marulanda el eterno servidor, haciéndole un favor especial. Un sanjuanero de racamandaca y Pura Sangre, es un sanjuanero a carta cabal, que se bañó en los tres palitos y la sepultura y jugó fútbol en las blancas playas del río Cesar. El que compró víveres y abarrotes donde Rosa María de Roís, queso donde Berta Orozco y la carne donde Pachita, pidiéndoles la ñapita para iniciar el día. No es muy fácil hacer una semblanza de este sanjuanero raizal y menos creo tener la dignidad para merecer tal reconocimiento.
El listado de sanjuaneros de racamandaca y pura sangre es interminable, son muchos los paisanos que hacen parte de ese registro, es muy difícil incluirlos a todos en una sola columna de opinión. Los elegidos popularmente o designados como gobernadores, alcaldes y concejales municipales y también como diputados, tienen esa dignidad reconocida. Del mismo modo, por su labor periodística, Ana Cecilia y Evelin Fuentes, Hugues Gámez, Luis Eduardo Ariño y Hamilton Daza, lo mismo que el ‘Triple A’. Pero se destaca en la memoria de muchos, a José Lacouture, René Daza, Humberto Roís, Práxedes Bolaños, El Míster Brito y José Eduardo Guerra. También se reconoce a los Galenos Moisés Daza, Casimiro Daza, Enrique Carrascal, Deimer Marín, El Mono Daza y Juan Frías. Pero se alza con un gran reconocimiento para la historia urbana del municipio Edwin Estrada, por su emprendimiento empresarial sanjuanero.