Cuando hemos tenido la oportunidad de dejar la policromía vegetal del sur, para compenetrarnos con el alelomorfismo de la media y alta guajira.
Observar la exótica vegetación de Nazaret, el microclima de la Macuira, llegar a Siapana, mirar la flor de La Guajira con su flora xerofítica; con árboles que semejan banderas modeladas y hondeando por la velocidad del viento, Uribia y Manaure donde las dunas y los médanos conforman rutas alelas, que solamente adiestrados viajeros pueden descifrar y hacer inconfundible el paisaje, porque se bifurcan y se ensanchan entre los arbustos agobiados por la inclemencia del tiempo y el ramoneo de los rebaños, que se resisten a lo indómito y a la aridez del desierto. y en Riohacha se observa como desde la primera, por el callejón de las brisas se infiltra el nordeste que llega a la calle ancha a darle lozanía a los pétalos de una flor cuya corola despide un aroma atractivo, tanto para los nectarios como para los románticos transeúntes que hacen reverencia a su esbelta imagen.
Y es que así como en los humedales de la amazonia, flotan los pétalos de una flor llamada la Reina Regia, aquí también podemos tener la flor insignia de la mujer guajira, de cuyos estambres se desprenden un polen divino y procreativo que engendra con su estaminoide, la más hermosa de las orquídeas riohacheras: la catleya. Cuyo nombre completo es Martalu… como dice el juglar vallenato, pero que ahora la quieren llamar Jlo, por su parecido con la diva, para que sigan floreciendo las hermosas mañanas que acontecen en el norte de Colombia. Que en el sur de La Guajira en el sendero San Juan La Junta, la aurora nos brinda un hermoso amanecer adornado con la floración del cañaguate y similar arboleda de biodiversa progenie, era de idéntica cromatina. Y sus pétalos conforman un entorno como si fueran mariposas amarillas, que viajan a la misma velocidad del caminante, cuyo aroma lo seduce y cautiva al destino final de su partida; la ruta de los juglares y a la senda de la leyenda viva de la música vallenata, en carrizal.
He querido referirme en estos términos ambientales a través del encanto y la pasión fémina, para que los recursos naturales de nuestro Departamento tengan un orden prioritario, aportándole toda clase de valores, como una inversión social por el medio ambiente y el futuro de nuestra gente.