En el Día Mundial del Medio Ambiente del año que pasó hice las observaciones del caso, sobre que el Río Villanueva ya no existe en un 90% en su recorrido por la ribera río abajo. Da tristeza que nuestro ícono fluvial haya desaparecido en la mayoría de los meses del año porque unos pocos se han apropiado de él para usufructo personal. El río que surtía su precioso líquido a tanta gente productiva de Villanueva ya es una quimera. Solo quedan sus leyendas desde la época colonial cuando los españoles cultivaban un amplio sector de la Villanueva plana y productiva en lo que es hoy la zona de San Pedro y La Zarahita. Luego décadas más tarde hasta arroz se cultivaba, algodón y sorgo. Ya de eso nada queda. Solo despojos de supervivencia de lo que fue el río Villanueva. Y a todas estas: ¿Dónde está el papel de Corpoguajira?
Villanueva por varias décadas se convirtió en la despensa natural del sur de La Guajira y del norte del Cesar. Por un lado los excelentes suelos con que cuenta el municipio y por el otro con el agua abundante que provenía especialmente de la Serranía del Perijá, donde el río Villanueva como un rey de la montaña fluía a cantaros. Los cultivos de algodón, sorgo, maíz, aguacate, café, arroz, yuca y tomate, así como la malanga, papa y hortalizas generaban prosperidad a todos los habitantes de la tierra bella. Sin contar los pastizales que generaban una de las mejores economías en el campo ganadero.
El caudal del río Villanueva estaba por encima de los 1.000 litros por segundo y vino luego el caos. Las hierbas malditas de la marihuana y la amapola arrasaron de un tajo los bosques primarios que generaban y protegían el gran afluente de nuestro río. Con la complicidad de las autoridades se hicieron los de la vista gorda y amangualados con ellos usufructuaron el beneficio del producto de las hierbas malditas. De paso acabaron con la productividad del aguacate, de la arracacha, de hortalizas y frutales con que el campesino proveía los mercados no solo de La Guajira y el Cesar sino de la costa entera y hasta Venezuela.
Luego vino la otra plaga que comenzó a acabar con el río Villanueva. Los taladores de bosques que sin ningún criterio y sin ninguna consideración, como asesinos impíos de la naturaleza se llevaron todo por delante y el río comenzó a perder su cauce, de 1.000 litros por segundo llegó a la asombrosa cifra de 300 litros por segundo.
La autoridad ambiental que debería haber tomado las medidas pertinentes y necesarias para atacar este flagelo lo hicieron a medias. Comenzaron las famosas reforestaciones sobre el río Villanueva, que en presentaciones se oía muy bien, pero en la práctica fue otra irregularidad, porque la verdad sea dicha, reforestaciones no hubo, lo que si hubo fue corrupción alarmante con estos dineros públicos que se fueron directos a la cañería del robo descarado, con la complicidad de la autoridad ambiental y de las mismas autoridades municipales que se hacían los de las vista gorda en tales programas.
Hoy al río Villanueva le llegó la tercera plaga. Río arriba sobre la región de potrero grande, el agua es abundante pero los dueños de fincas de manera descarada con mangueras hasta de cuatro pulgadas se apropian de este bien público.
Por ello de 300 litros por segundo, hoy en la bocatoma escasamente el caudal del río es de 100 litros por segundo, lo que está originando un desabastecimiento a la población villanuevera, ¿Qué hacer?
En primera instancia Corpoguajira debe tomar medidas urgentes y como segunda acción el nuevo operador que llegará a Villanueva debe instalar una tubería desde la parte arriba del río hasta la bocatoma para incrementar el caudal del río y garantizar el preciado líquido a todos los villanueveros.