Después de las elecciones presidenciales en Colombia, es momento de celebrar para algunos y de incrementar incertidumbres para otros, el país no es el mismo hay muchas emociones que impiden que todo siga igual y eso es natural, cualquier cambio revoluciona la cotidianidad.
Yo quiero proponer la reflexión respecto a la pertinencia de que Colombia se piense a futuro cercano con más mujeres en el poder y su primera presidenta, es momento de soltar miedos, de construir el macho que cada persona sin importar su género lleva por dentro, de renunciar a la misoginia, el racismo y los mandatos patriarcales que nos tienen (aún) como un país, sin presidenta.
Es el momento de las mujeres sensibles a su género, no falocéntricas, no serviles de un sistema opresor, autónomas y convencidas de su poder y del de las demás mujeres sin verlas como competencia, esas son las mujeres que se necesitan en el poder aquellas que no bajen la guardia en la vigilancia del cumplimiento de los derechos, en la construcción de paz y en silenciar los machos que quieran hacerse notar a gritos; ya basta de que el tema de mujeres sea usado como estrategia electoral y no como ejercicio político de todos los días, por ello, es importante permanecer unidas para hacer cumplir las promesas hechas por el presidente electo Gustavo Petro en campaña, tenemos todos los elementos probatorios de lo que él se comprometió a hacer a favor de las mujeres y en especial el video del Debate Feminista organizado por más de 36 organizaciones sociales, en el cual, fue claro en responder y dejó ver que no tenía duda de implementar ideas incluyentes y garantes para las mujeres y las diversidades sexuales.
Como feminista he celebrado la llegada de una mujer negra a la vicepresidencia del país es inevitable hacerlo y hay que darse tiempo de sentir la alegría de los sueños convertidos en inspiradoras realidades, pero he manifestado en mis columnas y redes sociales que mi alegría será completa cuando tengamos por elegir a mujeres presidentas y no en segunda línea, es que es el tiempo de las transformaciones donde lo que se consideraba “utopía” comienza a ser realidad y hay que soñar en grande – una mujer presidenta – que si nos represente.
Es el tiempo de los nuevos relatos, ahora las niñas verán que mujeres negras, de provincias y resilientes como ellas están en el poder, los (perversos) imaginarios de que las negras o indígenas solo están para ser cocineras o súbditas se cambian por la realidad de ver mujeres afros en la vicepresidencia, en los ministerios, en la Nasa, en las gerencias de entidades privadas o públicas, en el Congreso de la República y en muchos escenarios de poder que se han ganado con una lucha permanente.
Por eso aprovecho para decirle a Gustavo Petro, que Colombia y en especial las mujeres, las feministas, la comunidad LGBTIQ, los y las indígenas, los y las afros, la juventud, todas las comunidades que creyeron en su proyecto y aún aquellos que no creyeron estaremos vigilantes del cumplimiento de las promesas, de la estabilidad de la democracia y de no dejarnos pisotear la confianza y la esperanza, el pueblo ha despertado y según usted ha manifestado le gusta que esté despierto, así que estamos preparadas para ver a una mujer presidenta en las próximas elecciones y queremos también ver a una vicepresidenta autónoma, con poder de decisión y no minimizada a un elemento de segunda categoría, porque Francia sí que ha demostrado que tiene las capacidades para trabajar y no ser la sombra de nadie, no queremos más mujeres opacadas por un macho opresor con discursos “seudoincluyentes”, queremos mujeres que brillen con luz propia y ayuden a otras a brillar; si el país dijo si a una propuesta progresista y eligió por primera vez a una fórmula presidencial de izquierda también está preparado para una presidenta y para comenzar a tejer realidades incluyentes, equitativas, en igualdad de derechos y no violentas, la democracia sin las mujeres no solo está incompleta sino que es fallida en sí misma, yo sueño con una presidenta y creo que todos los cambios son posibles si existe un pueblo convencido de que en los cambios están las respuestas.
Mi prospectiva feminista es que Colombia tenga una presidenta y que con Francia en la vicepresidencia ese camino comience a hacerse realidad.