En turbulencia se necesita, calma, serenidad, cabeza fría y reflexión para no perder los estribos, ni dejarse arrastrar, someter, ni hundir por miedo. No perder controles, ni caer en la ira, soberbia y arrogancia mezcladas con autoritarismo y caprichos en uso del poder de mando o disponibilidad económica.
En los gobiernos hay que prepararse para lo peor, así, llegar a lo mejor seleccionando un buen equipo humano, de labores y apoyo, que sea de utilidad y confianza para articular, sincronizar y sintonizar comunicación, compartir información, empatía y entendimiento, direccionado de manera directa, no delegada, acciones y operaciones de Gobierno.
Presidente Gustavo Petro, concéntrese en su gobierno y negocie con miembros de partidos políticos que suman mayoría en el Congreso para que pueda sacar adelante los proyectos de las diferentes reformas, sin mencionar desafíos, ni amenazas. No es lo correcto, pero es costumbre de los ‘honorables’, habituados al vicio de la ‘mermelada’, que, si no les endulzan el paladar, no aprueban nada. De esa forma se manejan relaciones politiqueras, del Ejecutivo con el Legislativo, para garantizar aprobaciones de leyes y reformas constitucionales.
Los detractores y opositores del presidente Gustavo Petro están al acecho para ladrar, desinformar, manipular y lanzar improperios, difamaciones, piedras y dardos; utilizando bodegueros y desacreditados periodistas parcializados de medios de comunicación que actúan en similitud por dinero divulgando falsas informaciones, tendenciosas, carentes de objetividad y verdades.
Algunas verdades a medias generan dudas, manipulaciones, incertidumbre y confusiones en la opinión pública, cuyos receptores admiten y discuten creyendo en lo que dicen y trasmiten los noticieros radiales y audiovisuales.
Diariamente bombardean el Gobierno de Petro, que poco ha hecho, por prevenirse en su gobierno de errores, equívocos o estar ‘dando lora’, que originen escándalo bochornosos, afectando la administración. Algunos medios de comunicación también son ‘mermeladeros’, dispuestos a desacreditar y desestabilizar por billetes.
El presidente Petro no debe perder tanto tiempo con el uso del Twitter. Es mejor delegarlo a alguien para que sinteticen información. “A palabras necias, oídos sordos”. Tampoco darle mucha importancia a algunos medios o periodistas cizañeros. No reclamar, ni responder, autoridades competentes, fuera de la formalidad. Ni estar interviniendo en asuntos y problemas de otras naciones, mientras la nuestra esté en vaivén.
Vamos primero a afianzarnos en la estabilidad interna de manera cordial e incluyente para no tener la necesidad de sacar la gente a la calle para presionar y forzar la aprobación de las reformas, resultando un desgaste innecesario que nada garantiza. Dele ‘mermelada’ a los que carecen de pensamiento e ideologías. Por plata bailan hasta los perros.
Con golpes blandos y contundentes persiguen debilitar el Gobierno del presidente Gustavo Petro, que no está inmune de corrupción, con escasas excepciones partidistas. Estos son motivos para dedicar más tiempo a direccionar, armonizar y amortiguar corrupción; que no se va a erradicar de la noche a la mañana. Es un problema de educación, conciencia y sentido de pertenencia.
La incomunicación del director de orquesta, en caso preciso el presidente, con el conjunto musical, distorsiona y facilita desórdenes y ruedas sueltas. De no ser controladas a tiempo llevan al desastre administrativo. La jefatura de gabinete no debe sustituir el canal directo del presidente con ministros, directores y diplomáticos. La jefatura debe ser un apoyo administrativo en gestiones, manejos y solvencia; para efecto de eficiencia.
El presidente tiene encima al fiscal General, Procuraduría, medios de comunicación y partidos políticos ‘amermelados’. No confronte desde trinchera, porque no es lo apropiado. Para desenredar y abrir espacios en concertaciones, diálogos, negociaciones, conciliaciones y transacciones, a lo primitivo.