A la edad de 95 años dejó de existir Pedro Julio Muñoz Sarmiento, más conocido en Riohacha y sus alrededores como Pedro ‘El Ojón’, un tolimense de nacimiento, pero un guajiro de corazón.
Un hombre de pequeña estatura, pero de un corazón gigantesco, quien llegó a La Guajira huyéndole a la violencia en la época de ‘los chulavitas’ y se quedó aquí para siempre. Nacido en Cundai (Tolima) el 30 de junio de 1927, de filiación liberal y de fuertes convicciones políticas sobre la realidad del país. Dirigente cívico y altruista y con un gran sentido del emprendimiento y del humor, heredado de la tierra de Demetrio y Felipe ‘Los Tolimenses’.
Inicialmente llegó a La Guajira y se radicó por más de dos años en el municipio de Fonseca, desde el año 1954, donde cultivó una gran amistad con ‘Chema’ Pitre y desde donde se convirtió en un jornalero más de la Sierra de San Pedro. En el año 1956 decidió trasladarse a la ciudad de Riohacha junto a su familia en busca de mejores horizontes. Así, se da las manos con el teniente Aponte, encargado de la Alcaldía de Riohacha por el general Rojas Pinilla, y quien resultó ser su pariente.
De esa manera logró ser el administrador del carro de recolección de basuras y de las escobitas del aseo público, trabajó también en la arborización de la avenida de La Marina y el parque La India. Además, fue propietario de una colmena en el mercado público de la calle Primera de Riohacha, frente al mar Caribe.
Fue vendedor de dulces y café en la entrada del Teatro Aurora, propietario de una colmena de víveres y abarrotes en el mercado viejo de Riohacha. Asimismo, fue distribuidor de loterías y vendedor de muchos premios mayores en la ciudad. Gran jugador de tejo e intérprete del cuatro.
A su llegada a la ciudad de Riohacha vivió en el barrio El Guapo, en la calle 4 entre carreras 10 y 11 con su señora Encarnación Rojas, una mujer emprendedora y con un liderazgo a toda prueba para el trabajo y el progreso de su familia. Entre sus amistades de grata recordación y afectos inolvidables están: Joaquín Rincones, Amanda Figueroa, ‘Sópola’, ‘Chopi’ Rosado, Clemente Ibarra, ‘Cabezón’ Gutiérrez, Manuel Sierra Pimienta, ‘Boy’ Magdaniel, Rafael Zimmerman, Andrés López, Jorge Osorio, Lola Redondo, ‘Juancho’ Zúñiga, ‘El Tigre’ Robles, Nimia Caicedo, ‘Calilí’, ‘Cachimonda’, Carmen ‘La Rayo’, ‘Charril’ y ‘Valbuena’, entre otros. Posteriormente se radicó en la carrera 10 entre calles 14 y 14A.
En el año 1982, cuando estaban en la plenitud de la educación de sus hijos, muere su señora de una enfermedad y esto cambia el sentido de su vida, lo cual lo lleva a caer en la bohemia y el desorden de todo hombre cuando lo agobia la depresión y la soledad. Hoy es el padre orgulloso de diez hijos, tiene 23 nietos y 22 bisnietos, es decir, echó raíces en La Guajira.
A la hora de su muerte se encontraba disfrutando de su vida longeva bajo los cuidados de su compañera sentimental, la señora Consuelo Rincones y su último retoñito, su hija Angélica, con quienes compartió el afecto de la población riohachera que lo adoptó como uno de sus hijos predilectos.
Mientras tanto, en el mercado nuevo de Riohacha quedó la cacharrería y almacén ‘San Miguel’, más conocido como el almacén de Pedro ‘El Ojón’, desde donde, Miguel, su hijo mayor, le ofrece a la clientela heredada de sus padres, todo tipo de electrodomésticos y repuestos, los cuales van desde un tornillo, hasta una bovina y otros repuestos más sofisticados. Agregándole a la garantía, la etiqueta con el dicho del pueblo: que si lo que busca en el mercado no lo encuentra donde Pedro ‘El Ojón’, no lo busque más porque no lo hay en la ciudad.
Pedro ‘El Ojón’, el pasado 30 de junio estuvo de plácemes y hoy fallece a sus 95 años dejando entre sus amigos y clientes una popularidad y una visible personalidad en los comienzos del crecimiento y el desarrollo de la ciudad de Riohacha.
Pedro Julio Muñoz Sarmiento, más conocido en Riohacha y sus alrededores como Pedro ‘El Ojón’, fue un hombre que hizo historia en el comercio de Riohacha y que con sabiduría natural, el emprendimiento por el trabajo y las sanas costumbres orientó desde el quehacer de su vida a más de una generación de riohacheros.
Paz en la tumba de Pedro Julio Muñoz Sarmiento, el comerciante que siempre recodaremos con mucha gratitud y cariño.