Los resguardos, territorios comunitarios indígenas, deben prevenir y controlar brotes delincuenciales que comprometan a sus miembros.
No permitir que el territorio se utilice para acciones delictivas, ni predomine por dineros, injerencias externas, que incidan en fraccionamientos, divisiones y confrontaciones entre familiares y amigos que habitan en resguardos de propiedad de todos, sobre los cuales, debe imperar:solidaridad, cordialidad y seguridad, para protegerse y apoyarse mutua y mancomunadamente.
Los resguardos operarán como municipios menores, superando las categorías de corregimientos con autoridades democráticas tradicionales y juntas de palabreros que se rigen por usos y costumbres, deben implementar proyectos relacionados con normatividad de convivencia, regulaciones de derechos, participaciones y beneficios colectivos. De igual forma, ejercer controles y determinar prohibiciones, disciplinas, conciliaciones y sanciones por causas de pleitos, abusos, conflictos, faltas e infracciones causadas por los miembros.
La Guajira es un territorio peninsular donde habita el mayor número de indígenas de Colombia, que debe ser de mucha utilidad para los resguardos de comunidades vinculándose al progreso y desarrollo, que surja de esa tierra bendita, por la ubicación geográfica que naturalmente la privilegia y posesiona para que sea aprovechada y explotada por sus hijos nativos, pero como todo, se necesitan estructuraciones, organización, proyecciones y normativas aprobadas por los miembros mayores de las comunidades para que sea respetadas por todos, controladas por autoridades, regidas por estatutos internos conforme el debido proceso y derecho a la defensa de obligatorio cumplimiento para frenar inconsistencias particulares y prevalecer las decisiones aprobadas por consenso o en asambleas, por mayoría absoluta, sobre actitudes particulares, personales, de algunos desobedientes y desertores, en contra del interés general colectivo, para no dejar vacíos, por causas de inseguridad.
La Guajira es el faro para la navegación aérea y marítima que ingresa a Colombia por el Océano Atlántico, con dobles fronteras marítimas y terrestres; propicias para transportes, marítimos, turismo, agricultura y generaciones de energías tradicionales y alternativas.
El turismo es una gran fuente económica que dispone La Guajira con enorme extensión territorial para impulsar proyectos, programas, exigir participación y beneficios compensatorios de quienes usen y utilicen los territorios de resguardos, concertando, aprobando y plasmando acuerdos para validez en documentos.
El turismo en La Guajira está en peligro por causa de algunos delincuentes indígenas que amenazan, atracan y atentan en vías, trochas y en tránsitos por rancherías contra la humanidad y vida de turistas visitantes, cuyas acciones violentas son denunciadas y divulgadas nacionalmente como noticias destacadas en medios radiales y audiovisuales nacionales. No permitamos que se empañe ni destruya lo bueno que Dios nos concede, ni la imagen resplandeciente del territorio guajiro que encabeza Colombia, cuando es mucho lo que podemos aprovechar en explotación económica.
Es grave acolitar, apoyar y encubrir la delincuencia dentro de comunidades, ni ceder o dejarse dominar por miedo, ocultando hechos y actores delincuentes que causen daños y perjuicios, a toda la comunidad. De guardar silencio y tolerar que hagan de las suya, siempre que no los afecten, no deben ser motivo de indiferencias. Para estar bien, lo mejor es liberarnos de delincuencia para afianzarnos en paz.}
El ultimo hecho ocurrió en ranchería en cercanía al Distrito de Riohacha, kilómetro 14, vía Sur de La Guajira, cuando dos buses llegaron con pasajeros al lugar, quienes deseaban comer, recrearse con baile y comprar artesanías. De pronto aparecieron ochos individuos encapuchados en motos, seis de ellos con armas de fuego, al parecer conocidos, entre miembros indígenas del lugar de los hechos, donde las victimas fueron despojadas de sus bienes y maltratando a los conductores.
Son hechos repudiables que deben considerarse y cuestionarse por autoridades indígenas para que no las tilden de cómplices, colaborando con autoridades ordinarias penales, castigando con cárceles a responsables. Es mejor para la comunidad wayuu que estén presos, antes que los perjudique con acciones y hechos delincuenciales rutinarios.
Lideres e intelectuales de la etnia wayuú, unidos con Junta de Palabreros y autoridades tradicionales, les tocará unificar cruzadas, de: diálogos, concertaciones, concientizaciones y organización territorial planificada que impulse proyectos de códigos normativos y reglamentos operativos, regidos por autoridad competente que genere orden, confianza, cordialidad y validez legal; en convivencias comunitarias. Los resguardos, van a asumir los manejos directos de recursos económicos que por derecho les asignen, que antes venían siendo administrados por alcaldías.
Los resguardos deben construir sede administrativa para que gobernadores elegidos popularmente, una vez posesionados, ejerzan funciones designando sus colaboradores, secretarios y contador, que lleve libros de ingresos y egresos, cuentas bancarias y presente declaraciones tributarias, coadministrado por Concejo Comunal, similar a ediles de comunas elegidos popularmente entre sus miembros para coadministrar y aprobar proyectos de ejecuciones, proponer prevenciones y recomendaciones, generalizando vinculaciones y participaciones integrales e incluyentes entre sus clanes familiares.
En La Guajira, todos debemos asumir compromiso y responsabilidad de proteger y defender nuestro territorio para cambiar la forma de vida, previniendo: asentamientos, acciones, operaciones y ejecuciones delincuenciales; que nos enturbien y estigmaticen, de manera infame. No permitir y prevenir hechos trágicos en los que resulten heridas o muertas personas nativas; y otras que nos visitan en calidad de turistas o ejercen labores y actividades, víctimas de: robos de bienes, atracos y secuestros, como tampoco resulten abatidos por autoridades policivas algunos indígenas, perseguidos en reacciones contra delincuentes.