El 3 de noviembre cuando se cumplió el sexto aniversario de su muerte, traigo a colación este triste recuerdo, el día de su sepelio, pero también que nos reconforta el alma a todos nosotros por el cúmulo de tantos bellos tiempos que nos genera sentimientos encontrados con las nostalgias de lo que representó y de la herencia que nos dejó nuestro padre, como fue su rectitud moral, sus buenos consejos y su amistad perenne.
Hoy goza del descanso eterno en el reino celestial.
Papá, siempre te recordaremos. Recuerdo que también dejó a su Villanueva del alma, a quien quiso tanto que ni en los momentos más aciagos salió corriendo de su pueblo como lo hicieron muchos.
Por designación de la familia Baquero Daza, Baquero Guerrero, Baquero Rodríguez, Baquero Araujo, Baquero Bracho, Socarras Baquero, Cabello Baquero y de todos los Baquero en general, me asignaron la responsabilidad de despedir a nuestro padre, tío y abuelo Ospicio Guillermo Baquero Herrera y dar los agradecimientos al pueblo villanuevero, a los que vinieron de afuera y en especial al honorable Concejo Municipal de Villanueva de tenerlo en cámara ardiente por haber desempeñado durante todo el año de 1969 el cargo de alcalde de su pueblo y lo que representó en vida Ospicio Baquero Herrera. De esos grandes amigos que tuvo en vida, varios de ellos en el presente Dios los tiene con vida, me refiero a Jesualdo Daza Lafaurie, Ramiro Ramírez Cassis, Enrique Jiménez Arrieta, Jaime López Araujo, Víctor Ariño, Celso López Cárdenas, Dagoberto Jiménez, entre otros, que siempre lo recuerdan. Allá en ese cielo hermoso se encontró con sus amigos que se fueron primero, entre los cuales están Juancho Dangond Lacouture, Juancho Tite Daza, Canopan Cabello, Carchi Henríquez, Rodrigo Socarrás, Alvarito Orozco, Chijongo López, Caco Quintero, Alberto Dangond Lacouture, Toño y Jaime David, Miro Morón. Chiche Mazeneth, Chichimon Ávila, Rafael Escalona, entre tantos amigos que en su recorrido terrenal dejaron huellas imborrables en su región.
Nunca es tarde para morir en noviembre cuando se muere bien y se muere bien cuando bien se vive. Nuestro padre, tío y abuelo vivió una vida plena y con una lucidez mental que asombraba, hasta los últimos días de su vida. Tuvo las condiciones todas de los hombres de bien de este pueblo hermoso a quien quiso tanto y ni en los momentos más difíciles salió huyendo.
Cumplió su ciclo con inefable grandeza. Heredó un pasado, construyó un presente y nos legó un futuro. Inspiró su vida en su ancestral herencia, de donde se sentía orgulloso de sus padres Constantino Baquero Araujo y Remedios Herrera López, viejos patriarcas, adustos, generosos, laboriosos.
Ospicio Guillermo Baquero Herrera edificó una vida de bien, le sirvió a Villanueva, le sirvió a su familia, le sirvió a sus amigos y amigas, le sirvió a Dios. Era un hombre de un carácter y de una personalidad bien definida. Ese carácter y esa personalidad la heredó especialmente de su madre, una aguerrida mujer liberal. Fue un inigualable esposo, aquí está ella su compañera por más de 57 años, Lucila Daza Lafaurie de Baquero, qué amor se tuvieron y en los últimos días en su lecho de enfermo ante tanto amor que le prodigaron sus hijos, ella le expresaba con ese cariño “Yo también te quiero mucho”. Qué hermoso. Hoy nos deja un legado de rectitud, moralidad y transparencia en 92 años que Dios no los prestó para que lo disfrutáramos en todo su recorrido.
Sus hijos, 17 en total lo quisimos y lo respetamos y acatábamos sus consejos hasta una semana antes que en 92 años jamás había ingresado a una clínica. Vivian, José Eduardo, María Angélica, nuestra hermanita, quien siempre está en nuestros recuerdos- Luis Alberto, Armando, Javier Guillermo, Ospicio Alberto, Ramiro José, Betty, Ligia, Remedios, Paul, Eduardo, Gonzalo, Mina, Ospicio Guillermo que ya no está con nosotros, era su ídolo y su héroe.
Ospicio Baquero Herrera fue un gran alcalde de Villanueva, cuando fue nombrado por decreto por el gobernador de entonces Santiago Álvarez, lo hizo con lujo de competencia, con transparencia y rectitud en todas sus actuaciones. Cuando hizo parte de la junta directiva de Coral también mostró el mismo carácter y la misma transparencia.
Su mayor orgullo de tantos que tuvo con sus hijos, fue cuando Luis Alberto Baquero Daza, su hijo, ganara la Alcaldía de Villanueva y ahí mismo se convirtió en su consejero, en su escudero, en su confidente, en ese amigo especial que surge del cariño y del amor entre padre e hijo, que hermoso y siempre le expresaba que hiciera las cosas bien con transparencia y con moralidad en todos sus actos públicos y que manejara el erario como él lo hizo, que es la mayor herencia que les puede dejar a todos. Beto se sentía orgulloso de su padre, siempre lo ha expresado en público y en privado que su padre es su mejor ejemplo, es su ídolo y es su todo. Y lo demostró en vida, en los últimos momentos cuando ya el viejo se nos iba y cuando todos nos despedimos de él y a los 40 minutos murió en la gracia de Dios y con las expresiones de amor de su esposa y de sus hijos expiró de manera lenta pero feliz atravesó el muro de lo terrenal a lo espiritual y ahí fui testigo de lo dolido que estaba Beto y todos nuestros hermanos.
Gracias papá por tantas cosas buenas, gracias por tus oportunos consejos, gracias por tu amistad y por el legado que nos dejas. Ahora es tiempo de descansar en paz, porque nunca es tarde para morir en noviembre, cuando se muere bien. Qué ejemplo tan bello nos diste con tus procederes y con tus actuares. Es el legado imperecedero que le ha dejado a su familia y a Villanueva. Hoy es un faro de luz que ilumina con su sonrisa a los suyos para protección divina de lo que fue en su vida terrenal y lo que es en su vida celestial.