A todos nos ha tocado tratar con este bendito mal, no creo que haya familia alguna en Colombia, que no haya tenido un pariente cercano por lo menos contagiado de covid-19, hoy son alrededor de 80 mil los muertos y más de tres millones los contagios verificados oficialmente, cifras que sin duda alguna deben ser superiores, si consideramos los consabidos subregistros. Nuestros artistas y personal relacionado con el vallenato como músicos, presentadores, periodistas, jurados y demás, también han sido golpeados inmisericordemente por esta terrible pandemia.
No quiero en esta columna hacer una relación de aquellas personas que han muerto o han estado graves por Covid-19 y que tienen que ver con el vallenato, pero si quiero rendir un sentido homenaje a dos hombres muy cercanos a esta música y que nos abandonaron en estos días, pero dejan una huella imborrable en nuestro folclor.
El primero de ellos es Rodrigo Ortega Montero, uno de los jurados del Festival de la Leyenda Vallenata con más trayectoria en ese evento, acordeonero y conocedor como nadie de los vericuetos de la música colombiana, que llevaba ya muchos años residenciado en Bogotá y que en la capital del país contribuía enormemente con todas las actividades de difusión de la cultura caribe.
El segundo, William Rosado Rincones, un hombre muy apreciado en el periodismo del Cesar y Valledupar, también conocedor como nadie de la música vallenata, animador, presentador de agrupaciones del género y del Festival Vallenato, que incluso llegó a incursionar como compositor de algunas canciones vallenatas grabadas y fue el biógrafo de su paisano Calixto Ochoa Campo.
La partida de estos dos personajes muy cercanos al corazón de quienes vivimos involucrados en todo lo que tiene que ver con este folclor, nos deja arrugada el alma y compungido el pecho.
Pero también quiero aprovechar para referirme a los casos de todos aquellos artistas vallenatos que han buscado la manera de obtener una vacuna contra el Covid-19, aún sin cumplir los requisitos en Colombia para obtener tal beneficio.
Ejemplo, el publicitado caso del cantante Rafa Pérez y su pareja, a quienes han juzgado y condenado muchos, sin conocer los pormenores del caso, como es costumbre en este país. Lo único que digo es que tire la primera piedra aquel que en estas circunstancias no desea ser vacunado.
Por estos días se ha regado como pólvora, la noticia de aquellos artistas vallenatos que han tenido la facilidad de viajar a los Estados Unidos en busca de una vacuna contra el Covid-19, efectivamente lo han hecho y hoy gozan de ese privilegio, lo triste es que algunos medios y periodistas los cuestionen por eso, pero yo me pregunto: ¿El instinto de supervivencia no hace que todos busquemos la manera de prolongar nuestra estadía en la vida? Ojalá todos tuviéramos esa posibilidad de pasear y vacunarnos donde sea.
Si en Colombia tuviéramos vacunas contra el Covid-19 para ofrecer a turistas del mundo, hoy no tendríamos esta terrible inconformidad y crisis social que tiene en jaque a nuestra débil y maltrecha democracia.