El pasado lunes se cumplieron nueve años del fallecimiento del escritor más grande que ha tenido el mundo de habla hispana, Gabriel Eligio García Márquez, el cual falleció a la edad de 87 años, el Jueves Santo 17 de abril de 2014 en Ciudad de México.
El periodista, escritor, narrador de historia, caribeño, nació en Aracataca, Magdalena, el 6 de marzo de 1927.
‘Gabo’ es un escritor que sigue vivo en cada uno de los corazones de los millones de lectores que periódicamente leemos sus obras literarias, ya que se movía como pez en el agua, en el género de la narrativa y fue el precursor del realismo mágico.
Hijo de Gabriel Eligio García y de Luisa Santiaga Márquez Iguarán, fue criado por sus abuelos maternos, Tranquilina Iguarán Cotes y el coronel Nicolás Márquez, quienes fueron piezas claves en su vida, cuya personalidad influyeron mucho en varios de los personajes de sus obras.
Se casó en Barranquilla con la señora: Mercedes Barcha en marzo de 1958 en la iglesia de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro. Tuvieron dos hijos, Rodrigo, nacido en Bogotá en 1959, quien se desempeña como cineasta, y Gonzalo, nacido en México en 1962, quien es profesional del diseño gráfico en la capital azteca.
Gabriel García Márquez fue uno de los grandes de la literatura universal. Al mismo nivel de algunos de sus reconocidos colegas como: Miguel de Cervantes Saavedra, Octavio Paz, Gabriela Mistral, Miguel Ángel Asturias, Juan Ramón Jiménez, Ernest Hemingway, José Saramago, Mario Vargas Llosa, Pablo Neruda, entre otros.
Este escritor fue autor de varias obras literarias como: ‘La mala hora’, ‘Los funerales de la Mamá Grande’, ‘Cien años de soledad’, ‘Relato de un náufrago’, ‘La increíble y triste historia de la Cándida Eréndira’, ‘El otoño del patriarca’, ‘Crónica de una muerte anunciada’, ‘El amor en los tiempos del cólera’, ‘El general en su laberinto’, ‘Doce cuentos peregrinos’, ‘Del amor y otros demonios’, ‘Vivir para contarla’, ‘Memoria de mis putas tristes’ y ‘Yo no vengo a decir un discurso’, entre otras.
‘Gabo’ era un gran escritor que podía contar hechos reales e inverosímiles del gran ‘Aureliano Buendía’ y su familia, menciona el nombre de cada uno de sus integrantes, también narra las profecías que hacían los gitanos hacia su familia, incluyendo la desaparición del clan, en su obra ‘Cien años de soledad’, la cual le permitió el Premio Nobel de Literatura en 1982, máximo galardón que puede obtener un escritor.
Igualmente contó el mal genio y las dificultades de los amores contrariados de ‘Florentino Ariza’ y ‘Fermina Daza’, donde planteó que “El amor no tiene horario, ni fecha en el calendario”, donde ‘Florentino’ enseña que el amor es posible así haya que esperar 50 años para obtener el amor de ‘Fermina Daza’, su amor eterno en “El amor en los tiempos del cólera’.
También nos narró la trágica historia del general José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar y Palacio, desde Bogotá a través del rio Magdalena, atravesando por varios pueblos ribereños hasta llegar a La Quinta de San Pedro Alejandrino en Santa Marta, donde muere el 17 de diciembre de 1830, en ‘El general en su laberinto.
Lo mismo, contó las peripecia que pasa un veterano de la Guerra de los Mil Días, quien no recibió pensión del Gobierno, el cual era gallero y criaba sus gallos de riña con el fin de llevarlos a la gallera en las fiestas patronales de enero para obtener dinero para el sustento de la familia, en ‘El coronel no tiene quien le escriba’.
Igualmente, narró el crimen de ‘Santiago Nasar’ por parte de los gemelos ‘Pedro’ y ‘Pablo Vicario’, hermanos de ‘Ángela Vicario’, quien se casó con ‘Bayardo San Román’ y éste la devolvió a sus padres porque no era virgen. Ésta fue interrogada por su madre y los gemelos para que dijera quien fue el autor de quitarle la honra, y ‘Ángela’ respondió que fue ‘Santiago Nasar’, siendo esa la razón para que los gemelos cometetieran el horrible crimen en ‘Crónica de una muerte anunciada’.
Por último, nos narró la historia de un viejo periodista de 90 años, quien se enamoró de una joven prepago de 15 años en Barranquilla, esta niña vendió su cuerpo para sostener económicamente a su familia en la obra ‘Memoria de mis putas tristes’.