Basta de disculpas para justificar, lo injustificable, hacerles dribles y evadir responsabilidades, tanto del Gobierno, central, regional, como de los municipales, que ya rayo en la indolencia; hay que entender que es una obligación, es un derecho garantizar el acceso al agua potable a los guajiros.
La falta de voluntad política de los gobiernos ya se ha convertido en una burla y somos el hazme reír de muchos; la biodiversidad de La Guajira, que se observa entre el Sur, la Media y la Alta guajira, en esta última zona, en donde se ubica lo semidesértico y donde son más agresivos los embates por la falta de agua en una muestra viviente desde que muchos tienen uso de razón; hay que buscar su definitiva solución.
Durante décadas, hicimos parte de partidos políticos tradicionales, muchos participamos de varios gobiernos locales y regionales, elegimos a quienes podían gestionar los recursos para la financiación de importantes proyectos que debieron haber solucionado la problemática del acceso al agua potable como un servicio, como un derecho, no hubo resultados; hoy con un gobierno de izquierda que partir del 7 de agosto tomara las riendas, estaremos frente a un capitulo diferente, en mediano y largo plazo esperaremos para confirmar quien fue capaz.
Escudarse en que en La Guajira no hay agua, es desmesurado, como lo han dicho los analíticos de la problemática y escudarse en su parte desértica o árida para justificar la incapacidad de buscar una solución de fondo, es mucho más y no es menos cierto que los que más sufren estas secuelas son los indígenas quienes históricamente han aprendido a dominarla, con la mirada indolente y seca de su dirigencia y con la complicidad del gobierno central. la Guajira no es un desierto, si posee una zona semidesértica que ocupa menos del 40% de su extensión y que siempre ha sido habitada por los Wayuu que viven y sobre viven ahí y continúan ahí.
La Guajira Cuenta con un ecosistema rico y variado en flora y fauna, es privilegiada con dos grandes sistemas montañosos, la Sierra Nevada de Santa Marta y la Serranía del Perijá, de donde fluyen muchas fuentes de aguas cristalinas entre ríos y manantiales. Vale la pena mencionar que en sus entrañas nacen los ríos; Cesar, Badillo, Marquesote, Palomino, Jerez, Tocaimo, Ranchería entre otros sumado a otros sistemas montañosos menores como los son: las serranías de Cocinas, Montes de Oca, Cerro de la Teta y Serranía de la Macuira. Entonces aseverar que no hay agua en la Guajira, denota una falta de conocimiento, compromiso y seriedad.
Cuenta la historia que Rojas Pinilla potencializó el trabajo de PROAGUAS con la instalación de más de 500 molinos de viento repartidos por toda la media y alta guajira y la construcción de la represa Casushi a unos 10 kilómetros del Cabo de la Vela, que junto a los manantiales de la Macuira debería abastecer perfectamente a la alta Guajira, esto es historia patria pero parece que los incontables recursos que ha recibido la Guajira, no ha superado este mal que ya se ha convertido en el cuento del gallo capón.
Viene la pregunta del millón: ¿por qué habiendo tanto recurso económico, hídrico y humano, se sigue padeciendo de falta de agua en la zona rural y en sus 15 municipios? Nos ilustra el reconocido Guajiro Amilkar Acosta Medina, que “gracias a PROAGUAS “en 1972 existía en La guajira 625 pozos, con una profundidad hasta los 55 metros, con molinos Aeromotor para extraer el agua, 415 jagüeyes con una capacidad entre 20.000 y 30.000 metros cúbicos y 318 pozos de anillos. Pero, toda esta infraestructura se perdió, los molinos se oxidaron y corroyeron, las represas fueran abandonadas, a los jagüeyes no se les volvió a dar mantenimiento, razón por la cual se colmataron e inutilizaron”, enterarse en plena época de la modernidad y con tantos recursos generados por regalías y del sistema general de participaciones, de esta historia da pena ajena.
En La Guajira hay dos grandes problemas: la escasez de agua, su uso incorrecto no planificado e ineficiente; nos encontramos rezagados en cuanto a la prestación de los servicios de acueducto y alcantarillado, si analizamos el servicio en la zona rural es más vergonzoso; La cobertura rural más baja del país en el servicio de agua, sólo el 4% de la población rural tiene acceso a agua potable.
Si bien es cierto que La poca disponibilidad y baja calidad del agua es un problema que afecta a todos y más a la población Wayuu, además de los factores climáticos y eco sistémicos, los fenómenos climáticos, que cíclicamente han interrumpido el comportamiento de las lluvias, son razones para replantear y solucionar lo que por décadas no se ha solucionado: el derecho al acceso al agua.
El dicho popular “escoba nueva barre bien” significa que siempre que un objeto, una situación o una persona son «nuevos» en la vida de alguien, cumplen su función a la perfección y parecen superar experiencias anteriores. Tenemos que creer y poner nuestras esperanzas en el nuevo gobierno, en los compromisos que adquirió el Presidente electo Gustavo Petro, con La Guajira, que la puesta en marcha de la unidad nacional funcione y que funcione más en nuestra clase política, que en menor escala se pacte una unidad por la Guajira, para poder demostrar que si hay capacidad y compromiso con una poblacion que reclama sus derechos.
Jorge Juan Orozco Sanchez