Noviembre es el mes de la no violencia contra las mujeres y parece que el machismo se alborota como forma de resistirse a ser erradicado, cada día de hoy este mes se han visto noticias de violencias contra varias mujeres en lo privado y público, no puede ser parte del paisaje ninguna violencia, menos la basada en género.
Ni con el pétalo del machismo se debe generar miedo e inseguridad, basta de violencias contra las mujeres, ya no nos silenciaremos. Estamos unidas las diferentes organizaciones sociales, colectivas feministas y sociedad en general. Estamos en un despertar que se hace urgente porque ya basta de indiferencia, la violencia nos toca a todos y todas, marchita esperanzas y detiene a la sociedad en una involución absoluta.
El machismo y sus espinas deben quedar en la historia como lo más cercano al olvido, nuestra existencia merece liberarse de tantas cargas violentas, discriminatorias y codificadoras. Las mujeres no son propiedad de ningún abusador, todas merecen vivir libres y con sus derechos garantizados.
Las violencias: un problema más allá de las cifras. Una sola asesinada es demasiado, rompe el récord de violencia y en lo corrido del año van muchas, las cifras las podemos ver en todas partes, por ello no es esta la columna para hablar de dichas cifras, como lo he hecho en muchas otras publicaciones.
En este espacio quiero proponer la reflexión de que ser mujer en el mundo, en Colombia, en La Guajira y seguir vivas es un milagro y es como practicar “polígonos” siendo el blanco de ellos; los delitos contra las mujeres se amparan en imaginarios sociales, que no deberían existir como:
“Las violan por mostronas”
“Les pegan por jodonas”
“Las matan por bonitas, feas, lesbianas, putas, políticas, libres, etc”
Noviembre es el mes de la NO violencia contra las mujeres y seguiremos deconstruyendo esquemas patriarcales e incomodando el privilegio histórico de considerar que las mujeres son propiedad del poder machista y por ello con sus cuerpos e integridad se pueden ejercer atropellos, esto no es así y las colectivas feministas no descansaremos hasta que esas realidades adversas cambien. Si violentan a una nos afectan a todas. La sororidad es a todo nivel y no podemos seguir normalizando lo que no merece ni una esquirla de aceptación.
Las violencias son generadas por los victimarios y no son provocadas por ninguna víctima.
Cierro estas letras afirmando que ningún machismo disfrazado de Rosita solapada merece violentar a ninguna mujer. Ni con un pétalo de la flor espinosa del machismo. Noviembre, mes de la NO violencia. ¡Seguimos!