Este 15 de agosto, estaría cumpliendo 100 años de vida el palabrero de Villanueva, el gran ‘Chicho’ Guerra, un hombre de voz suave, sonrisa tierna y notable pulcritud; solo conversar con el significaba un viaje hacia miles de historias que demostraban su innata sabiduría.
Su legado exalta las mañanitas de invierno de Villanueva. Elevo este homenaje al cielo donde debe estar celebrando con mi abuela Rita Contreras, su hermano Pedrito y demás familiares y amigos que han partido a esa eternidad que nos lleva a relacionarnos con ellos desde la sinergia espiritual, pues es claro que a quien se ama jamás se olvida.
¿Quién fue ‘Chicho’ Guerra?
Un villanuevero puro, protagonista de grandes historias que hacen de la tierra del Cerro Pintao un territorio único, fue el conciliador de muchas situaciones, un tejedor de paz, de la palabra sutil y el buen trato. Su legado es una leyenda viva que adorna la memoria de nuestra amada tierra Guajira.
Asimismo, fue el propietario de la reconocida finca ‘El horno’ heredada de su padre Narciso Guerra Celedón, en la cual, transcurrieron sus años de infancia y adolescencia, el horno fue la principal industria de Panela, Cal y Ganadería en la década de los años 40.
Es importante mencionar, que desde su finca ‘El Horno’ se trasladaba con sus hermanos a aprender las primeras letras en el colegio Rafael Antonio Amaya en la jornada nocturna, matrícula que pagaba canjeando los frutos y alimentos producidos en la finca; es hermoso saber que desde la niñez Chicho Guerra mostró su liderazgo y gran capacidad, para trascender a mejores realidades y eso mismo trasmitió a su descendencia.
Es de resaltar que ‘Chicho’ también se dedicó a la comercialización de la semilla de pasto, negocio que le permitió conocer casi todo el país de Venezuela y también estuvo en Aruba comercializando café.
Conocer nuestra historia
Es importante que como guajiros y guajiras conozcamos la historia de personajes que son referentes de valores y nos aportan inspiración para seguir tejiendo nuevas realidades.
Es entonces, para mí un bálsamo de emociones escribir estas letras desde Dinamarca con mi corazón en la tierra de mis ancestros, me alegra enormemente saber que Dios me ha bendecido con personas tan sabias en mi familia, puedo imaginar esas vivencias de infancia de él con su hermano Pedrito y mi abuela Rita, en esa Villanueva de paz que ellos siempre recordaban con nostalgia, sentía que tenían la esperanza de que retornáramos a priorizar el deleite de la vida y que de una vez por todas pausáramos un poco el estilo de vida acelerada.
Hablar de ‘Chicho’ con mi madre representa entender el protagonismo de él en nuestra familia, era llamado el mediador familiar – el hombre de la palabra y el pensamiento sabio y pacifista.
Afirmo que Dios bendijo al suelo Villanuevero por ver nacer a un hombre como el, a sus hijos de tener un padre ejemplar y a toda nuestra familia que ha contado con la orientación de su especial liderazgo.
Viva la memoria de ‘Chicho’ Guerra, legado de sabiduría un homenaje a su vida con ruta directa al cielo. La Guajira necesita retornar al amor, respeto y lealtad de la palabra y de las buenas acciones. La vida de Chicho es un faro que nos guía en ese retorno.