“Aquí está la reina, rodeada de reinas, se ve más bonita, viene de una tierra, parecida a ella, que estampa tan fina, ella tiene razón de ser, entre todas es la más linda, con ese porte de mujer, habla cada vez que me mira”.
El aparte transcrito corresponde a la canción titulada ‘Mi reina’ de la autoría de mi amigo Félix Carrillo Hinojosa, interpretada por ‘Poncho’ Zuleta, Diomedes Díaz y ‘Beto’ Zabaleta con el Acordeón de Goyo Oviedo, incluida por la Sony Music en el corte número 9 del CD ‘Fiesta Vallenata Volumen 23’ en el año 1997, la cual vino a mi mente a propósito del tema que ocupa nuestra atención.
La primacía de la difícil realidad de la pandemia que hoy aflige y atormenta a la humanidad, impide enterarse de acontecimientos trascendentales, que tienen connotaciones positivas para aliviar la mente agobiada de tantas nuevas malas, por la partida de familiares, amigos, o familiares de nuestros amigos, es lo que está sucediendo en la música vallenata con la presencia femenina en los escenarios, para la diversión y el entretenimiento.
Es evidente que las mujeres en el vallenato, están viviendo su tercera juventud, están de moda y dando palo a nivel nacional e internacional, desde luego, con las limitaciones que les imponen las medidas de distanciamiento, aislamiento y bioseguridad, están sonando por todas partes, y en toda partes y por todos los medios se está hablando de ellas, en la radio su música suena recurrente y en la calle la gente de la nueva y de la vieja guardia cantan sus canciones.
La segunda juventud estuvo con la presencia en la discografía y la televisión de Ludís de la Ossa, la India Meliyara, Patricia Teherán, con sus Musas y sus Diosas, y más tarde Adriana Lucía entre otras que compitieron de tú a tú, con los intérpretes de moda, sin la ventaja que tienen los y las nuevas artistas, porque no existían las plataformas digitales, tampoco las redes sociales ni los planes de medios.
La tercera generación, la tenemos hoy encarapitada en lo más alto de la popularidad y mencionaré algunas de las protagonistas asumiendo el riesgo de equivocarme, pues la memoria a veces no es buena consejera, tengo presente a Karen Lizarazo, que tiene voz, gracia y personalidad, nominada en 2020 al premio Grammy Latino en la categoría Mejor Álbum de Vallenato-Cumbia por su álbum Voz de Mujer, nacida en Aguachica, hizo una nueva versión, bastante afortunada de ‘Tarde lo conocí’.
Merece destacarse también Margarita Doria, con ‘Vallenatos del alma’ obtuvo el título de reina de la canción inédita en 2015, y participó en el Reality A Otro Nivel, y grabó un CD titulado ‘Amor y Fe’.
También es ineludible destacar lo que viene haciendo Ana del Castillo, una muchacha que a pesar de sus arrebatos, y su graciosa desabrochada para decir las cosas como toca, ha impuesto un estilo en el escenario que entretiene, que cautiva, que impacta, y tiene una voz bellísima y con brillo natural, no ha necesitado grabar un álbum completo, para que el público la aclame y la pida porque es una caja de sorpresas, sigue pegada con ‘Sabroso’ y ‘Ya es mío’ y ‘Después de Tantos años’.
El caso de Diana Burco también es especial, es una santandereana de pepitoria y hormigas que toca canta y compone como los dioses, obtuvo en 2018 nominación a los Premios Grammy Latino, la primera mujer solista nominada en la categoría Mejor Álbum Vallenato Cumbia, y en el primer Festival Vallenato Femenino en Valledupar obtuvo el premio a la mejor Canción Inédita con la canción ‘Viejo amor del valle’.
La fresa del postre es Iris Curvelo, una joven nacida en Uribia, fundadora de la agrupación ‘Son Wayuú’ que fue la base para su aplaudida participación en el Festival Evafe en su primera edición, y ha representado muy bien al país en eventos internacionales, tiene carisma, un chorro de voz providencial y fondo para cantar.
Que conste que todavía hay más entre ellas María Silena Ovalle, pero no tengo espacio, igual para referirnos al gran impulso para ellas de la prima Fabrina y sus muchachas de Evas y Adanes.