Paulina Daza Lafaurie. Sinónimo de honestidad y providad en el recorrido de su vida. Sinónimo de familiaridad y de elegancia, nobleza y señorío en su devenir histórico. Sinónimo de humildad y humanismo en su trasegar. Una de las mujeres diáfanas y ejemplares que ha dado Villanueva en toda su impronta personal, Paulina Daza Lafaurie, hija de unos padres adustos y ejemplares como ella, don Julio Daza González y doña Trinidad Lafaurie Acosta de Daza.
Paulina ha tenido la fortuna de contar con una familia honorable y unos sobrinos que la han considerado siempre como su segunda madre. Sus hermanos siempre la ha respetado y la han honrado, los ausentes que ya no están con ella, pero siempre los recuerda con ese entrañable cariño que siempre se profesaron, y sus dos únicos hermanos presentes que son su vida cómo lo son Lucila Daza viuda de Baquero y Jesualdo Daza Lafaurie.
Ella, en sus 92 años, que los cumplió el pasado 15 de mayo y mantiene esa memoria pasmosa y en cada tertulia que he tenido con ella hace un recorrido de la historia de Villanueva, de sus logros en bien de la comunidad villanuevera, de su civismo y de la defensa de su tierra. No se le escapa un detalle de tantos momentos vividos, en especial de la hidalguía de las familias villanueveras que ya casi se han ido, como el viento se lleva tantos recuerdos de esa Villanueva de antaño, donde se formaron las bases de la Villanueva del presente.
Paulina o ‘Pau’ para sus más íntimos familiares, ha sido en su vida cristalina y pura una mujer digna de admirar en su vida pública y privada. Fue auxiliar de su padre en la Tesorería de Villanueva por muchos años, fue también secretaria de varios alcaldes, entre ellos el teniente Miguel Vega Uribe, que décadas más tarde se convertiría en general y ministro de Defensa; Luis Beltrán Dangond Ovalle y Víctor Hernández. También fue presidente de la acción comunal del Centro, cuando las acciones comunales ejercían liderazgo en bien de la comunidad. Allí en ese cargo sin recibir remuneración alguna logró que se hicieran varias obras y también con la ayuda del exrepresentante a la Cámara Miton Habid Molina, que se adquiriera el lote para la Casa de los Abuelos, que su sobrino, el exalcalde de Villanueva Luis Alberto Baquero Daza, logró terminar y adecuar.
En el año 2017 la Administración municipal, en la Noche de los Mejores, le otorgó el honor al mérito como mujer guajira a Paulina Daza Lafaurie. Nacida el 15 de mayo de 1930, ‘Pau’ se ha ganado el cariño y el respeto de sus sobrinos que la adoran y la consideran su segunda madre. Cariño ganado con sobrados méritos. Ellos son: Los hijos de su hermana María Teresa de Dávila, Alicia, Libia, María Claudia, Carolina y Vicente Dávila Daza; Los hijos de su hermano José Galo Daza Lafaurie: Martha, Orietta, José Galo, Fabián, Ana María y Beatriz Helena Daza Ariza; los hijos de su hermano Julio Daza Lafaurie: Julio Alberto, Juan Carlos, Álvaro y Luis Miguel Daza Pinedo; los hijos de su hermana Lucila Daza viuda de Baquero: Vivian, José Eduardo, Luis Alberto, Armando y Javier Guillermo Baquero Daza y los hijos de su hermano Jesualdo Daza Lafaurie: María Isabel, Olga Lucía, Blanca Inés y José Luis Daza Ardila, quienes hoy le prodigan todo el cuidado y el amor del mundo.
Paulina Daza Lafaurie ha hecho camino al andar y como Machado, ha soñado caminos de contar con una familia ejemplar y de ser el mejor ejemplo para esa familia hidalga y honorable que le han prodigado siempre admiración y ante todo mucho, pero mucho amor en su devenir histórico. Una mujer excepcional que como buena católica ha servido a la comunidad y a los suyos con humildad y decoro. Dios continúe dándole mucha salud a quien ha tenido sus achaques, pero se mantiene firme como el caracolí y mucha vida para seguir disfrutando a sus dos hermanos y a sus 25 sobrinos que la siguen adorando como su segunda madre.