El gigantesco macroproyecto de infraestructura minera que aterrizó en el desierto guajiro con todas las expectativas de desarrollo para la península, hoy anuncia su plan de cierre de la mina ante la finalización de los contratos mineros en 2034, con pocos resultados y una pobre imagen en la percepción ciudadana. Pese a que reconocemos su contribución con la economía regional y nacional y la observancia de los estándares internacionales en el cumplimiento de leyes y regulaciones. Igualmente, su relacionamiento con la comunidad y el aporte importante en el mejoramiento de la calidad de vida de la población con el desarrollo de programas y proyectos de abastecimiento de agua y el fortalecimiento de nuestras instituciones territoriales a través de sus fundaciones. Del mismo modo, su compromiso con los derechos humanos, la gestión responsable para la conservación de la biodiversidad, el recurso hídrico, los suelos y la calidad del aire.
Así mismo, la generación de empleo, el ambiente de trabajo seguro y saludable y el bienestar laboral de sus trabajadores, sobre todo, en cuanto a los planes complementarios y auxilios para la educación universitaria de los hijos de estos en las mejores y más acreditadas universidades del país. No se puede tapar el sol con la mano, el Cerrejón ha sido y esperamos que lo siga siendo el socio estratégico más importante de La Guajira. Pero los recursos de la empresa, al igual que los públicos, se han atomizado, o se han invertido con enfoque de regadera y carácter asistencialista que demandan gastos recurrentes. De tal forma que no se muestra una obra de impacto e importancia estratégica, que haga visible la transformación de este pobre territorio, con la llegada de lo que se llamó en su momento el oro negro. Grandes maquinarias y una importante infraestructura física y tecnológica movilizan lo que se constituye en una economía de enclave extractivo para La Guajira. Pero esta gran empresa que moviliza la energía del mundo y la multimillonaria industria del carbón realiza sus operaciones en un entorno de pobreza y baja calidad de vida y de desarrollo humano. Queremos exhortar desde esta columna de opinión a la empresa Cerrejón para que contribuya con su concurso y su responsabilidad social empresarial en el desarrollo sostenible de La Guajira, de una manera más visible y evidente. Entendemos perfectamente, las funciones y competencias del Estado con sus tres niveles del gobierno, y desde luego, que no insinuamos que Cerrejón lo reemplace, sino que más bien, complemente su accionar.
Se requiere que la empresa Cerrejón sea en la práctica ese gran aliado estratégico que necesita el Departamento para superar esta crisis coyuntural que atraviesa, desde el punto de vista político-institucional, humanitario y de imagen. Pensamos que Cerrejón debe focalizar de una manera más estratégica sus inversiones sociales, hasta donde su compromiso con el pacto global de Naciones Unidas y la iniciativa de transparencia de la industria extractiva y los protocolos de inversión se lo permitan, trabajar unidos con el departamento de manera coordinada y articulada. Asociarse en la búsqueda de economía de escala y un gana-gana para resolver problemas del Departamento. Hoy, se debe emprender una cruzada por la desnutrición y todas sus patologías conexas. Igualmente, se requiere una infraestructura vial y tecnológica más adecuada para la movilidad y la competitividad. La Guajira demanda el mejoramiento y ampliación de la vía Cuestecita – La Florida para unir el norte con el sur.
También la vía de la soberanía o anillo vial periférico de la Alta Guajira para interconectar esta zona turística con la red de carreteras nacionales. La pavimentación de los 65 kilómetros de la vía Uribia – Puerto Bolívar, también es otra de las obras necesarias para promover el turismo y la red portuaria. El fortalecimiento de las instituciones públicas para mejorar los indicadores de desempeño territorial, también es otra tarea en la que puede apoyar el Cerrejón. Igualmente, la marina multipropósito de Riohacha, los muelles de cabotaje y una ciudadela hotelera y turística, serían un monumento al desarrollo, y entonces si podremos decir, carbón para el mundo, desarrollo para La Guajira. Una sola obra de importancia estratégica con la impronta de Cerrejón, inmortaliza a la empresa para siempre.