“Me gusta andar soltera
y esta buena la cosa
como Ana Del Castillo
numeral la voa hace boja
A mí me gusta es beber
A mí me gusta es bailar
Yo si no tengo que ver
Después que sea pa´ tomar”
Son apartes de la letra de la canción que más ha sonado del reciente álbum de Ana Del Castillo y con la que inicia sus presentaciones por esta época, esta es la típica canción por encargo, hecha exclusivamente a la medida de la intérprete; esto no es una novedad, ocurría también en la época dorada del vallenato, a Diomedes le hicieron algunas, a Jorge Oñate también. El asunto está en lo que dicen sus letras. Hay otro éxito de La Banda del Cinco que en su pegajoso estribillo dice: “Y le gusta andar solita, anda sola solterita”, pero eso no es todo, el grito de moda de casi todos los artistas en tarima es: ¿Dónde están las mujeres solteras? Y Ana en el lanzamiento de su álbum preguntó: ¿Dónde están las mujeres arrechas?
Parece que el hecho de una mujer estar soltera es sinónimo de desorden, de rumba, de alcohol, de drogas y demás, hay algunas canciones vallenatas que, incluso, ya lo dicen explícitamente, emulando otro género que les hace competencia y que muchas mujeres adoran, así las maltrate y las ofenda permanentemente.
“La noche está bacana pa´ pegarnos unos tragos
Destapen la botella pa´ que se arme el parrandón
Que el churismo ya llegó, ya está aquí, uepa je
Donde están las santas que hoy van a amanecer
Las solteras donde están pa´ hace una sociedad
Pa’ tener con quien hacer llamadas clandestinas
Pa’ que mi churismo goce más de lo normal”.
Este es el otro éxito con letra hecha por encargo y con la que también inician sus espectáculos ‘El Churo’ Díaz y Elías Mendoza, en razón a que es el tema que prende la fiesta, por tener un ritmo alegre y bailable. Si escuchamos con detenimiento, hay un común denominador en estas canciones, de un lado prevalece la música ante las letras, y de otro, ambas invitan a las mujeres a desordenarse y a la rumba desenfrenada.
Hace poco leí un artículo escrito por mi buen amigo Abel Medina Sierra en el que plantea la tesis de que como las canciones con doble sentido siempre han existido en el vallenato, no debemos escandalizarnos ahora que suenan temas como ‘Me vale ver’, de Peter Manjarrés, o muchas otras por ese estilo, que están irrumpiendo y se quieren abrir camino y ponerse de moda, siguiéndole los pasos al reguetón.
Es cierto que la jocosidad, la picardía e inclusive el doble sentido en letras de nuestra música siempre han existido y algunos artistas se han dedicado por épocas a ese subgénero, si así se le puede llamar, pero de ahí a aceptar que prevalezcan en nuestros compositores e intérpretes de un vallenato que estamos tratando de rescatar, unas letras ramplonas y denigrantes de las mujeres, hay una distancia enorme. Ese no es el camino.