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Vivir en paz es una felicidad, aún cuando efímera, porque el referenciado sentimiento, no sería eterno, por diferencias de factores, circunstancias, criterios u opiniones humanas; que ambulan, brotan y circulan en el entorno y ambiente social-comunitarios. La paz debe procurarse y consolidarse desde los hogares, familias, vecindarios, compañerismos, amistades, socios, comuneros etc.
La paz conforta, reactiva, genera tranquilidad de conciencia, seguridad y confianza. La paz, no cuesta nada, para no aprovecharla en esta corta vida. El odio, rencillas, revanchismo, corrupción, orgullos, sectarismo, intereses y envidias, entre otras, serían enemigos de la paz, que requiere perdones, compresiones, reparaciones, amor, tolerancia, buena fe y voluntad espontánea; para echar a un lado, causas y motivos que originen discordias, conflictos y enturbian relaciones y comunicaciones, agradables y cordiales entre personas razonables.
El presidente Gustavo Petro lanzó la propuesta de ‘Paz total’ abriendo apertura para que las organizaciones criminales, al margen de la ley, sin excepciones, ni distingo, ni recriminaciones, de guerrillas, paramilitares, bacrines, mafias y clanes de narcotráficos sobre los cuales se manifestaron positivamente, para pegarse en el negocio y jugar en doble vía, cazando y aprovechando ofertas del Gobierno, que puedan utilizar en sus fechorías, reclutamientos, negocios de narcotráfico, armas y comodines, incumpliendo de manera reiterada el cese al fuego, ejerciendo hostigamientos a las fuerzas militares, extorsiones a la población civil e intimidaciones; el incumplimiento de dictámenes y órdenes que se impartan a habitantes de comunidades y dueños de predios rurales, en condición de autoridad, obligando a tributar o despatriar.
La paz no debe ser onerosa para las partes interesadas ni estar condicionada a pretensiones inconcebibles, extorsivas, chantajistas, extravagantes y extremas; porque se descondimenta, perdiendo el sabor que la caracteriza, afianza y legítima. Para considerar y consolidar la paz se necesita voluntad y entendimiento para lograr acuerdos de cada tema y asunto, que las partes pongan de presente, unificando en agenda y organizando, en un cronograma, que determinen fechas para tratar en discusiones y evacuarlas, con término para sentar acuerdos parciales. Las organizaciones que estén en diálogo, deben demostrar con alto al fuego, que respetan los términos establecidos para la dejación de las armas, acogiendo la oferta de paz que propone el Gobierno nacional.
El Gobierno de Petro no le puede dar mucho tiempo al asunto, porque termina el periodo sin que se haya logrado nada. Dialogan y negocian con quienes verdaderamente quieren la paz y no pierdan el tiempo con quienes no les interesa la paz, aparentando doble moral, burlándose de las intenciones del Gobierno. Los comportamientos débiles de gobernantes no conllevan si no al fracaso. ¿De qué sirve armonizar diálogos con organizaciones, que continúan delinquiendo, disparándole a cuerpos armados de la nación, secuestrando, vacunando, reclutando niños para vincularlos contra su voluntad a la guerra, generar desplazamiento forzados, ejerciendo terrorismo y asesinando por motivos innobles y caprichosos?
El Gobierno debe tecnificar operaciones del Ejército e implementar inteligencias y adquisiciones de armas, equipos de artillería, lanchas, aviones, drones e instrumentos aéreos para que se ubiquen y posesionen, incrementando el número de batallones y brigadas, fijos y móviles, extendiéndose en territorios fronterizos y lugares estratégicos, de manera permanente, donde tengan conocimiento de presencia de organizaciones al margen de la ley, para poner orden en el territorio nacional y garantizar la seguridad a sus habitantes.
El Gobierno debe constituir una empresa mixta de seguridad con exmilitares, para que vinculen a los soldados que terminan de prestar el servicio militar obligatorio, les ofrezcan oportunidad de trabajo y estudios técnicos, para que presten servicios en empresas privadas, creen el cuerpo de reserva militar que hoy prestan los soldados activos en infraestructuras mineras, viales, portuarias, eléctricas, fincas, industrias y otras. Esos soldados profesionales activos deben prestar el servicio en zonas de controles globalizados para enfrentar organizaciones delincuenciales que ejercen como autoridad, en lugares donde no hay presencia de legítima autoridad.
El proyecto de ley relacionado con la ‘Paz Total’ que extiende la ampliación, regula procedimientos e inclusión de actores incursos en investigaciones delictivas, relacionadas con conciertos para delinquir, narcotráfico, paramilitarismo, guerrillas, bacrines y delincuencia común; para indultar y poner fin a la delincuencia generalizada, hacinadas en cárceles. Pero el citado proyecto está bloqueado por la oposición que enfrenta el presidente Petro, sin permitir que sobre el mismo se abran debates que justifiquen la aprobación e improbación, por inconveniencia o negativas caprichosas, a reformas, iniciadas o avaladas por el Gobierno.
‘La paz total’ no cabe en las cabezas de los delincuentes de ‘cuello blanco’, que gobiernan, legislan y judicializan. Es decir, quienes direccionan los operadores, de las tres ramas del poder público, sumados con Fiscalía, Procuraduría y Contraloría. Entre ellos se destaca la hipocresía, cinismo, silencio y persecución a opositores y contradictores. Por otro lado, se las pican de serios, intocables y ‘honorables’; queriendo tapar la doble moral, en corrupción que los caracteriza, con unas que otras excepciones. Quienes están atornillados en las cúspides de poderes públicos no les interesa la paz, sino sus beneficios retributivos personales, generando inconformidad y reproches populares, que empañan los propósitos de paz.