La inseguridad se origina de variados aspectos y circunstancias: lunáticas, política, personales, sociales, administrativas, educativas, deportivas, laboral y comercial; entre otras, reflejándose en dos aspectos, público y privados, generado por la falta de confianza, dudas, inconsistencias de partes, acciones delictivas, violencias, pública e interfamiliares y corrupción, que se fortalecen y predominan, por ausencia, complicidad o falta de autoridad competente, que ejerzan controles, omitidos por motivos de ineficiencias e intereses, particulares, personales o familiares, que constituyen causas latentes en inseguridad, atrofiando el desarrollo y progreso territorial.
La inseguridad alteras los sentimientos emotivos, desequilibrado el estado anímico de personas, que la experimentan y sufren, más de las veces, de forma silenciosa, por ignorancia, temor y miedo; pero a muchas víctimas, los alerta y se previene, para sobrellevarla, esquivarla y torearla; a sabiendas de los riesgos que conllevan, detectables en las observaciones, de operaciones y comportamientos, dejando entre ver, indecisiones, titubeo y perplejidad, en manipuleos torcidos sin asidero. De otra parte, por imposición armada, coacciones, intimidaciones y terror; generando pánico, zozobras, desosiego y demás; implicaciones mentales, originadas por efectos, de amenazas, atentados y predominios de violencia; con acciones delictivas, desalojos forzados, desapariciones, extorsiones, persecuciones, limitaciones de libertades, desamparos y agonías afectivas
La inseguridad se aplana, con solidaridad masiva de las víctimas, en apoyos mutuos y cooperación popular, para enfrentarla, de manera directa o mancomunadamente, con la policía e instituciones gubernamentales, cuando por denuncia o quejas, se tenga información o conocimientos, de hechos delictivos. Guardar silencio de nada sirve, para las víctimas, ni para aquellos que se portan indiferente, porque no es su problema, le importa un carajo, lo que suceda a los demás, incurriendo en insolencia algunos e insolidaridad, de manera negativa y cuestionables en otros
La seguridad se maneja con inteligencia y precisión, para afianzar la confianza, pero depende, de voluntades e intereses, consolidados. La inseguridad, opacan y empañan la visión, atormentan, hogares y familia, generan: discordia, enfrentamientos, disocian, desorganizan, someten y secuestran; situaciones que pueden transformarnos en zombis, arrumarnos como desechos, esclavizarnos de servil e impulsar, más violencias revanchistas y en extremo vengativo. También induce al suicidio; por no comprender o soportar, el medio viviente, cargado de odios, rencillas, celos, abandono, falta de amor, trabajo y desigualdades, implementadas, por gobiernos y régimen autoritarios y corruptos, que gozan de los beneficios que arroja la inseguridad, al estilo codicioso, ávido y apátridas; generados de crisis y necesidades sociales, que aprovechan gobiernos y poderes, para desviar y apropiarse, de recursos destinados a soluciones colectivas, enriqueciendo el patrimonio.
Para controlar la seguridad pública, lo mejor es la prevención, enfrentando inseguridad, con atención, conexión popular y disponibilidad; de equipo humano valiente y transparente, en reacción inmediata, para resolver sin demoras, cualquier tentativa, de acciones delictivas comunes: homicidios, hurtos, secuestros, extorsiones, estafas entre otras.
Con cámaras aéreas de seguridad, biometrías de rostros y dactilares, grabador de voces, redes sociales, medios de comunicaciones, conexiones satelitales e Inteligencia Artificial; articulado con patrullajes de drones, son elementos o instrumentos tecnológicos, necesarios, para ganar las batallas en seguridad públicas.
El Gobierno debe presentar un Proyecto de Ley, decretándose el uso de cámaras como servicio público indispensable, similar al alumbrado público, globalizando el sistema, obligando a instalarlas, en vías públicas y privadas. También las vías, conjuntos inmobiliarios y establecimientos, abiertos al público en: conjuntos urbanísticos, instituciones pública, establecimientos: comerciales, educativos, salud, deportivos, terminales de transportes, centros recreativos y turísticos, fincas y granjas agrícolas, industrias y prestaciones de servicio, urbanos y rurales, incluidas comunidades veredales.
Para administrar el servicio de cámaras, los alcaldes, deben constituir una empresa o contratar en concesión, a empresas privadas que se constituya para prestar ese servicio de administración, encargadas de velar por el funcionamiento ininterrumpido, de las cámaras, realizando el mantenimientos y las reposiciones o cambios de los elementos, que integran las estructuras de cámaras, cuando se deterioren, dañen y se apaguen. La empresa administradora, puede funcionar con una nómina de cinco o más personas, operarios técnicos, un vehículo grúa de canasta, una sala privada reservada, donde se refleje y observen, las operaciones de cada una de las cámara ubicadas. La Policía, el CTI, Ejército, Gaula y Migración, pueden tener su propia sala, conectada al servicio administrado.
La operación de cámaras y drones se financia con un pago inferior, al sufragado por usuarios, del servicio de alumbrado público, cancelado conjuntamente con las facturas de energía y subsidiado, con fondo de seguridad, originado de la contratación territorial, por disposición legal, compartido con la policía, en acciones operativas. El citado servicio, funciona con energía solar y la operación no es tan costosa, pero sí garantiza prevención, frustración de acciones delictivas y capturas de delincuentes en fragancias. Con la globalización de cámaras de seguridad públicas, se controlan hechos delincuenciales y mengua la impunidad. Además, sirve para que la Fiscalía y jueces, penales, resuelvan en brevedad de término, investigaciones penales, ahorrando tiempo y costos investigativos, al erario, generando la confianza que se requiere, para vivir mejor en paz, sin sobresaltos, ni temores.
La inseguridad administrativa, judicial, disciplinaria, fiscal y demás; originada por parte de quienes gobiernan y judicializan, es tan o más peligrosa y dañina, que la originada por organizaciones criminales y delincuencia común, con las constantes prácticas de corrupción, desnaturalizando los servicios que prestan, apropiándose de bienes y derechos especifico comunes, incurriendo en prevaricato, cohecho y abuso de autoridad, utilizando la potestad de Gobierno, facultades y atribuciones, de poderes y mandatos, alusivo a una falsa democracia, desacreditadas, por autoridades de instituciones públicas, amangualada con funcionarios, contratistas y servidores públicos implicados, representando a partidos politiqueros, en el ejercicio delincuencial, de la función pública, sin poder ignorar los motivos, que originan inseguridad, por carecer de confianza y credibilidad popular, deteriorando el bienestar general, apolillando, destruyendo y acabando, todo lo que se atraviese, sin compasión, indolencia, ni sentido de pertenencia, atornillados con las compras de votos y curules reeleccionista, para continuar causando daños de manera infinita.
Solidaridad, apoyos, confianza, buena fe y respeto; a la dignidad humana, en armonía y cordialidad, sirven de utilidad, para garantizar seguridad, contrario, a la indiferencia, egoísmo, imposiciones, indecisiones, violencia, comportamiento: pasivos, negativos o extorsivos y prácticas de corrupción.