La injuria y la calumnia por las redes sociales se ha penalizado en Colombia y esto se ha convertido en un tatequieto para aquellos que hacen mal uso de la libertad de expresión.
Indudablemente que el uso de las nuevas tecnologías de la información y las comunicaciones le ha permitido a la población y a la sociedad fortalecer las relaciones entre las personas, disminuyendo así, los límites del espacio y del tiempo y otras barreras físicas.
Una de las principales formas a las que se acude con mayor frecuencia, para relacionarse hoy en día, son las redes sociales, a través de las cuales las personas comparten desde la telefonía móvil celular sus datos, videos, experiencias, fiestas, denuncias, trabajos escritos, registros fotográficos, y se comunican entre sí. Pero, pese a este significativo avance en materia de telecomunicaciones, las redes sociales no se han escapado de la injuria, la calumnia, la persecución y hasta la ciberdelincuencia. Por todo esto, ha sido objeto de múltiples iniciativas y estudios encaminados a buscar instrumentos jurídicos capaces de controlarla.
En éste sentido, se han venido presentando diversos delitos informáticos, como la injuria y la calumnia en la que los francotiradores morales hacen su agosto en diciembre. Por eso, es bueno que la opinión conozca que, cuando un usuario de cualquier red social le hace algún tipo de injuria a otro podrá incurrir en prisión de uno (1) a tres (3) años y multa de diez (10) a mil (1.000) salarios mínimos legales mensuales vigentes. También la calumnia se castiga con prisión de uno (1) a cuatro (4) años y multa de diez (10) a mil (1.000) salarios mínimos.
Para estos casos, se entiende por injuria, hacer declaraciones que afecten el honor, la honra, el buen nombre y la reputación y el prestigio de una o varias personas. Mientras tanto, se incurre en calumnia, cuando se acusa falsamente de un acto delictivo a otra persona, teniendo clara la falsedad de la afirmación.
Por lo tanto, difamar a alguien en las redes sociales, ya sea por una cuenta personal de wasap, Facebook, Twitter o cualquier otra red social, perjudicando la reputación y el prestigio de una persona, acusándolo falsamente de haber cometido algún tipo de acto delictivo, está penalizado en Colombia.
A propósito de los más recientes escándalos protagonizados por figuras emblemáticas del país en redes sociales y medios de comunicación, hoy se abre de nuevo el debate sobre la importancia de tener claridad de los riesgos y las implicaciones que genera caer en delitos como la injuria y la calumnia.
Muchas personas se han precipitado a lanzar juicios de valor y afirmaciones erradas sobre otra persona, o sencillamente crean escenarios que tergiversan la verdad y afectan la honra y la dignidad humana.
Muchas veces, sin darse cuenta, que estas acciones están catalogadas como delitos, que, aunque son conciliables, podrían ocasionar sanciones económicas que ascienden hasta $1.316 millones y penas en prisión hasta de seis años.
Por eso, quien impute a otro un hecho deshonroso, y, además, sea consciente de que el hecho tenga la capacidad de dañar la dignidad de la otra persona, debe conocer que incurre en el delito de injuria y que está causando daños a la dignidad humana de los demás.
Del mismo modo, cuando se atribuye un hecho delictivo falso a una persona y se tiene conciencia que es falso, pero de manera premeditada se tiene la intención de hacer daño, se incurre en la calumnia.
En esta materia trabajan los especialistas en derecho digital y libertad de expresión, para la regulación sobre las redes sociales y plataformas digitales en materia de control sobre las expresiones y declaraciones.
Sin embargo, hay dos factores que pueden reducir o eliminar las penas estipuladas; que el actor pueda demostrar que las afirmaciones son completamente verdaderas y que exista una retractación pública mediante los mismos medios, dirigida a la víctima del delito. Finalmente, los expertos concuerdan en que la única forma de denunciar este tipo de delitos es vía tutela donde se contengan las pruebas suficientes y se pueda identificar el culpable de la agresión.
Hoy la modalidad de injuria y calumnia por las redes sociales comienza a hacer carrera en nuestros pueblos, máxime cuando existe una gran polarización en la sociedad, hay inconformismo por el estado de cosas que envilecen al ciudadano, y en otra parte, la culpa que presuntamente tienen los gobiernos territoriales en el desmejoramiento de la calidad de vida.