El departamento de La Guajira requiere una infraestructura más adecuada para su desarrollo económico y social. También una intervención diferencial por tratarse de la península más septentrional de Colombia con unas particularidades únicas en territorio y población que lo hacen diferente.
En términos generales, La Guajira requiere proyectos emblemáticos de progreso, megaproyectos y obras claves que denoten que vamos rumbo al despegue competitivo de un departamento que tiene todas las ventajas comparativas para lograrlo. Una verdadera revolución de infraestructura y megaobras del sector transporte y telecomunicaciones que conecten sus territorios tan dispersos, también se hacen necesarios y la pandemia se encargó de desnudar más esta debilidad.
Para lograrlo, nuestros gobernantes y quienes legislen deben convertirse en los mejores escuchas de nuestro Departamento. Gobernar desde los territorios y saliendo de los escritorios es una excelente estrategia. Los diálogos comunitarios también se convierten en una buena idea. La estrategia de realizarles control social participativo desde la comunidad beneficiaria a los proyectos priorizados como susceptibles de ser financiados con los recursos del Sistema General de Regalías, también es muy importante para la focalización y buena inversión de los recursos públicos. Es decir, caminar detrás de los ciudadanos, reconocerlos y saber cómo aprietan sus problemas se hace estrictamente necesario en esta coyuntura histórica.
Indudablemente, que, la aprobación en el Ocad regional del Proyecto de La Pavimentación de La Vía Cuestecita – La Florida, con un costo de 83 mil millones de pesos para pavimentar 33 kilómetros que cobraron muchas vidas, por la cual se mereció el bautismo de ‘La carretera de la muerte’, es una de esas obras emblemáticas. Esta se convierte en el ABC o la obra precursora del desarrollo de la infraestructura que deben venir después. La integración regional del norte con el sur y la salida al mar Caribe, así lo demuestran, porque esta es la verdadera vía de la integración norte-sur.
La referida integración con una buena carretera que permita unir las despensas agrícolas del sur para conectar los centros de producción con los centros de consumo del norte, el Caribe insular y las Antillas, establece no solamente la reactivación económica de La Guajira, sino la articulación con nuevos mercados y venta a la fija, que es un gran logro para nuestros campesinos.
El gobernador pasará a la historia, con esta obra. Estamos avanzando en gestión y resultados, con solamente la visión del desarrollo del actual gobernador, La Guajira siente que ha recuperado legitimidad y estabilidad institucional, porque hoy existe una buena interlocución con el Estado central que está dando sus frutos y debe traducirse en mejores resultados para nuestra calidad de vida.
Falta mucho por hacer, pero estamos avanzando, proyectos como la construcción de los Distritos de Riego San Juan y Ranchería para irrigar más de 18.000 hectáreas, deben hacer parte obligada de la agenda del gobernante y nuestros congresistas. Lo mismo que, la Marina Multipropósito en Riohacha, los muelles de cabotaje en el norte, la planta de beneficio animal con carácter regional en el sur, un parque temático de la cultura y las artes de La Guajira, el Parque del Compositor en San Juan, el Parque de la Leyenda de Francisco El Hombre en Riohacha, un complejo agroindustrial y turístico en La Guajira, el mejoramiento de la red terciaria y la construcción de carreteras de cuarta generación, una moderna terminal de transporte terrestre en el sur y otra en el norte, lo mismo que un gran complejo agroindustrial y turístico, y una gran red de telecomunicaciones para el Departamento, entre muchos otros proyectos.
Esos proyectos emblemáticos, las megaobras y obras claves nos pondrían a vivir en otro Departamento y a hacer un uso más racional y eficiente de nuestras regalías.
Considero, que La Guajira debe emprender una cruzada por su desarrollo uniendo voluntades y esfuerzos para integrarse con dignidad a la región Caribe, junto a Barranquilla, Santa Marta y Cartagena. Emprender el presente y el futuro con visión progresista y de unidad debe ser el rumbo-norte.
Todos los guajiros estamos anhelando que el interés superior de nuestra clase dirigente sea el desarrollo social y económico de nuestro Departamento. Nuestra generación también requiere un rol protagónico de desarrollo, y para eso necesitamos una infraestructura base mucho más adecuada para el progreso de nuestro territorio y nuestra gente. Necesitamos salir de lo ordinario y el enfoque de regadera y hacer obras extraordinarias. El progreso de La Guajira debe ser inminente y la población así lo demanda.