Considero que es mi deber, obligación y responsabilidad dar a conocer a la opinión pública guajira, cuál ha sido la apología que en guarismos se ha dado desde que este territorio ancestral fue erigido a la categoría de departamento y que su vida administrativa comenzó el 1 de julio del año 1965, en cumplimiento del Acto Administrativo No. 1 del 28 de diciembre de 1963, y la Ley 19 del 10 de noviembre de 1964, por iniciativa y resultado del senador magdalenense José Ignacio (‘Nacho’) Vives Echeverría y el guajiro representante a la Cámara, Eduardo José Abuchaibe Ochoa.
Seguro que sorprendidos y estupefactos quedarán quienes conozcan estos reales datos estadísticos políticos-administrativos sobre La Guajira: “Mi Guajira que es una dama reclinada, bañada por las aguas del Caribe inmenso, que lleva con orgullo en sus entrañas su riqueza guardada pa’ mi pueblo, majestuosa encabezando el mapa cual pedestal representando a un reino”, fragmento de la canción ‘La dama guajira”, de nuestro inmortal juglar (cantautor) Hernando Marín Lacouture; que conseguirán con mayor precisión en mi obra ‘Colombia y La Guajira: Hermanas de infortunios’ (Capítulo III), que muy pronto saldrá al mercado, otro libro que usted debe leer antes de tomar la decisión de por quién votar en los comicios del domingo 29 de octubre.
En el trasegar del bicentenario de independencia patria, 50 mandatarios han ocupado el Solio de Bolívar, incluyendo a Gustavo Petro Urrego, elegido el 19 de junio y posesionado el 7 de agosto de 2022, siendo el primer mandatario de izquierda que llega al poder.
De estos 50 presidentes tuvimos cuatro dictadores por poco tiempo: Simón Bolívar (1828), Tomás Cipriano de Mosquera (1846), José María Melo (1854) y Gustavo Rojas Pinilla (1957). Se destaca que de esos repitieron periodos: Francisco de Paula Santander, cinco; Simón Bolívar, cuatro; Rafael Núñez Moledo, cuatro; Tomás Cipriano de Mosquera, tres; Manuel Morillo Toro, dos; Alfonso López Pumarejo, dos; Alberto Lleras Camargo, dos; Álvaro Uribe Vélez, dos; y Juan Manuel Santos Calderón, dos.
Así como la historia político-administrativa de Colombia registra tres expresidentes delfines: Pedro Nel Ospina Vázquez, hijo de Mariano Ospina Rodríguez; Alfonso López Michelsen, hijo de Alfonso López Pumarejo; y Andrés Pastrana Arango, hijo de Misael Pastrana Borrego. Es también significativo que la única familia que ha tenido el privilegio de contabilizar tres expresidentes, es la Ospina: Mariano Ospina Rodríguez, Pedro Nel Ospina Vázquez y Mariano Ospina Pérez.
En contraste con La Guajira, que apenas lleva 58 años de vida política-administrativa, por el Palacio de la Marina han desfilado más con penas que con gloria, los siguientes: entre nombrados por el presidente de la República antes de la Constitución del 91 y encargados, 31: 25 nombrados y 6 encargados, de los cuales fueron 26 liberales y 5 conservadores.
Es relevante que el pueblo guajiro conozca que ninguno de ellos fue cuestionado, ni investigado, ni sancionado, por actos de corrupción. Mientras que por elección popular han sido 10: 8 por elecciones reglamentarias, de los cuales dos repitieron periodos y 2 por elecciones atípicas, de los que nueve fueron liberales y uno conservador.
Sea pertinente informar que los gobernadores reelegidos, Jorge Ballesteros Bernier y Jorge Pérez Bernier, parientes muy cercanos, militantes del Partido Liberal, pero bastante distantes al pertenecer a movimientos diferentes; sin embargo, por intereses personales y políticos más no programáticos en beneficio de sus gobernados, hicieron una accidental alianza estratégica en las elecciones atípicas de 2014 para elegir a José María Ballesteros Valdivieso, hijo del exsenador Jorge Ballesteros Bernier, para enseguida en la contienda electoral del 2015 volver hacer causa común grupal.
A esta cifra le sumamos los 11 gobernadores encargados, para un total de 21, siendo 10 liberales y 1 conservador que rigieron los destinos del departamento. Si hacemos la sumatoria de los anteriores algoritmos tenemos que entre gobernadores nombrados, elegidos y encargados un gran total de 52 entre 1965 y 2019. Lo que equivale decir que en promedio se gobernó por un poco más de un año, aunque pocos lograron terminar sus periodos. Todos estos procesados datos estadísticos político-administrativos, están consignados en el trabajo de investigación nacional ‘Colombia y La Guajira: Hermanas de infortunios’, que circulará antes del 29 de octubre, día de las elecciones regionales. Otro libro que debes leer antes de decidir por quién votar el próximo domingo 29 de octubre.
Es obvio que en un ente territorial, sea de nivel nacional, regional o local, al gobernante no le es tanto difícil como imposible ejecutar su Plan de Desarrollo para cumplir con las promesas propuestas en su campaña electoral plasmadas en su Programa de Gobierno como requisito para inscribir su candidatura sea para Alcaldía o Gobernación. Estos relativos cortos periodos de gobernanza nos han dejado la herencia de la desidia, la falta casi absoluta de pertenencia de la región, la ingobernabilidad, la ineptitud para planificar y la carencia de ejecutividad para solucionar los problemas de cambio social para mejorar la calidad de vida de su población; no obstante haber tenido los recursos económicos necesarios para generar una efectiva transformación apalancada en obras de infraestructura y desarrollo social.
Antes, por el contrario, esta afectación de los recursos públicos nos ha dejado desilusiones, desesperanzas, incredibilidad, corrupción evidente en las 64 obras inconclusas que han dejado los mandatarios creando un costoso detrimento patrimonial de conformidad con informes de la Veeduría Nacional y la Contraloría General de la República.
Los gobernantes hasta el 2019 no se preocuparon por recuperar la institucionalidad, el establecimiento regional, el respeto ante la faz nacional, de ser reconciliador con los sectores divorciados como la academia, el privado empresarial, las organizaciones sociales y los gremios. Por las anteriores connotadas ilustraciones, los guajiros tenemos la oportunidad de reflexionar, de detenernos a mirar por el retrovisor y contemplar la calamitosa postración que nos dejaron como patrimonio los ineptos, pero eficaces corruptos mandatarios, para no volvernos a equivocar.
Este próximo domingo 29 de octubre, los que queremos un verdadero cambio de progreso del Departamento, tenemos la opción de elegir en las urnas un candidato digno de gobernarnos.
¡Guajiro, si quieres seguir siendo cómplice silencioso de nuestro atraso y corrupción, vota por los mismos con las mismas!