Un ofensivo y sesgado escrito sobre el rol de los jóvenes en el paro nacional, fue divulgado la semana anterior y tiene como autor al economista y columnista Hernán Baquero Bracho. Su título es “El doble filo de la juventud enardecida”. Dos aspectos llaman la atención del escrito, por una parte, atribuye a Gustavo Petro la responsabilidad de todo lo que está pasando en Colombia y, por otra, suelta barbaridades como esta: “Los jóvenes que han estado enardecidos y manejados casi como zombies, se ha dejado influenciar por estos llamados liderazgos que en la mayoría de casos no tienen ningún tipo de preparación académica”.
Con respecto a la primera tesis, es un insulto a la inteligencia creer que los lectores son tan idiotas como para atribuir las causas del paro a un cálculo político. Que lo diga Vicky Dávila lo haga en Semana es entendible, para eso le pagan. Pero, que Baquero Bracho nos trate de “engatusar” con tan deleznable y simplista explicación las razones del paro, nos lleva a preocuparnos de su discernimiento.
Aconsejo a Baquero y cualquiera que piense igual, consultar los resultados de la reciente encuesta de la Universidad del Rosario, aplicada en las principales ciudades del país. En la misma se revela que, el 84% de los jóvenes apoya el paro nacional. No se trata de un puñado de “enardecidos”, se trata de la mayoría de nuestros hijos, sobrinos, nietos. Imposible pensar que todos están adscritos a la Colombia Humana, tanto así que, la misma encuesta demuestra que solo el 25% de los jóvenes encuestados se reconocen como de izquierda, la mayoría se reconoce de centro y muchos de centro derecha y derecha.
Sobre el rol de los jóvenes, el “casi” que usa Baquero Bracho para matizarlo de “zombies”, es como forrar un mazo con algodón para que pegue menos fuerte. Mucho más humillante, sostener que son “zombies” manipulados por ignorantes o analfabetas, como negando cualquier autonomía, iniciativa y conciencia a la juventud, más irrespetuoso no pudo ser. Si aceptáramos la tesis que son zombies de Petro, ojalá Baquero Bracho tuviera los títulos, la producción académica y la capacidad de análisis de su colega economista de la Colombia Humana.
Hace algunos años nos quejábamos por tener una juventud apática, sin compromiso con la política, sin tomar partido, no les importaba quién los gobernaba, si las leyes que aprobaban les convenían o no. Ese fenómeno de pasividad fue bautizado en España como “me importa un culismo”. Los últimos años nos demuestran que ya pasó esa indiferencia, los jóvenes han dejado de ser esas “mayorías silenciosas” como las llamó Baudrillard y que, el poeta surafricano Coetzee desde la literatura, ha denominado con la metáfora de “la tercera vía”.
A Baquero Bracho habría que recordarle, que esos movimientos juveniles a los que llama “zombies”, también los menospreciaron cuando se opusieron a la invasión gringa a Vietnam, protagonizaron lo que se llamó Mayo del 68 en Francia. Los que llamas “zombies”, en el Soweto de Suráfrica, fueron claves para erradicar el apartheid. Otros levantamientos de los que llamas “zombies”, han logrado grandes conquistas climáticas, de inclusión y hasta la llamada primavera árabe.
Los entonces “zombies”, en Colombia, fueron los que parieron la Constitución Política con la séptima papeleta. Estos “zombies” de ahora, a esos que no le reconoces nada bueno, solo poder transgresor y destructor, son los que lograron tumbar una reforma tributaria que vaciaba los bolsillos de la clase media a la que perteneces, Hernán. Los mismos están logrando mayor acceso de los bachilleres a la educación superior, los que atajaron la infame reforma a la salud.
La generación Z (de zommers, no de zombies) del paro, no están pidiendo otro “auxilio solidario”, claman por oportunidades para estudiar y trabajar. No piden, quieren aportar más al país. Fácil sentarse a escribir columnas de adulación a los gamonales y funcionarios, difícil es librar la batalla desigual y peligrosa como la que ha emprendido nuestra valiente juventud. La historia dirá quién está del lado correcto de la historia y quiénes son los verdaderos “zombies”, los que escriben para hacer mandados o los que luchan por el bien de todos. No son “zombies” Baquero, son los nuevos héroes.