Abastecer de electricidad y agua potable a todas las comunidades, incluyendo a las indígenas del departamento de La Guajira ha sido prioritario y además es un derecho fundamental, La Guajira, tierra rica en recursos naturales sigue pobre en inversión social y básica entre ellas la inversión en energía eléctrica; de su casi infinita riqueza solo queda la desolación de las comunidades que cada día dicen sentirse más pobres y olvidadas.
Desde el 1º de octubre del año 2020, las operaciones que venía realizando la empresa Electricaribe, las asumió la empresa Air-e, lo que incluyó la prestación del servicio público domiciliario de energía eléctrica en el Departamento dentro de esta cesión se estructuró, entre otras, la cesión de los contratos de suministro de energía celebrados por Electricaribe y la transferencia de las acreencias asociadas a dichos contratos, conteniendo, pero sin circunscribirse, las cuentas pendientes por cobrar por parte de los usuarios de Electricaribe, parece que salió más caro el remedio que la enfermedad.
Hoy en los habitantes de los 15 municipios han generado algún tipo de disgustos que ha conllevado a bloqueos en algunos casos en protesta contra los ‘periodos de continuidad’ implementados por Air-e para recuperar deudas en la La Guajira, incluyen zonas rurales y urbanas con bajos niveles de pago; Air-e, ha explicado que ninguna estrategia de cobro ha sido efectiva, obligándolos a implementar estos cortes, según ellos están obligados al cobro del servicio, eso no lo desconocemos; pero ¿cuál ha sido el modelo de diálogo para que todas las partes queden conformes sin llegar a las vías de hechos?
El aumento de la demanda por altas temperaturas y el incremento en el precio de generación de energía ha sido el detonante, esto amerita revisar la estrategia de cobro, ya que el precio por kilovatio hora se ha duplicado en pocas semanas, hay que entender que, en los usos y costumbres del pueblo wayuú no deben desconocerse y como Air-e lo reconoce, quienes tiene la mayor deuda es la población no indígena con menos ingresos y por ende con una capacidad de pago limitada.
Un estudio de investigación, realizado por una estudiante de la Universidad de La Guajira, que tiene como objetivo general, analizar la gestión de cartera y el comportamiento del cliente de la electrificadora Air-e Sasesp territorial Guajira, Sorjadith Lara Brito, estudiante del Programa de Maestría en Administración de Empresas, da una luz de los pasos que se deben transitar en conjunto, Air-e, Gobierno departamental, Gobierno nacional y comunidad, donde se construyan escenarios que permitan tener una salida a esta seria problemática. Su objetivo es que mediante el desarrollo de actividades administrativas y sociales se construya una cultura de legalidad y transparencia en el acceso al servicio y consumo racional de la energía eléctrica, lo cual redunde en la mejora de la calidad de vida de los habitantes del Departamento; esto se consigue con diálogo asertivo.
Ironias de la vida, con los proyecto de energías limpias, La Guajira, lo ha dicho el Ministerio de Minas y energía, según sus datos, tiene un potencial de 25 gigas (GW), Colombia completa consume, en un año, más o menos unas 18 gigas (GW), es decir, con solo la energía limpia de La Guajira en su máximo, podríamos reemplazar toda la generación eléctrica de Colombia, incluidas las hidroeléctricas; Hidroituango y esos proyectos que fueron motivo de discusión, y nos sobra energía, pero seguimos pagando las tarifas más altas del país; seguimos siendo tratados como colombianos de segunda. Tenemos que generar espacios de diálogo con las distintas agremiaciones y entidades del sector público para socializar el impacto de las pérdidas de energía antes de tomar medidas casi que extorsivas, con la comunidad más necesitada con esos ‘periodos de continuidad’esto debe manejarse con una mejor estrategia y más tacto.
La necesidad de tomar decisiones de fondo en materia de protección a los derechos sociales, de las comunidades es imperativo; muchos guajiros viven en la miseria absoluta, sin posibilidades de encender siquiera una lámpara para alumbrarse en las noches, ninguna empresa puede estar por encima de los derechos humanos; todos los guajiros esperamos que tanta riqueza energética en esta tierra alcance para algún día poder iluminar esas noches. Dialoguemos objetivamente, muestren una luz en esta oscuridad, donde muchas veces hay que tomar la decisión de comer o pagar el recibo de la luz.