Para nadie es un secreto que la región Caribe tiene una posición geográfica estratégica que facilita el comercio exterior a través del mar Caribe. La base económica de la región Caribe es variada, se destacan la agricultura, la ganadería, la minería, la industria, el turismo, y el transporte marítimo que incide de una manera visible en lo político y en lo económico del país.
La región Caribe constitucionalmente es una entidad territorial de derecho público con autonomía para la gestión de sus intereses que promuevan un verdadero desarrollo social y económico, pero castigados por la centralización. El Gobierno Nacional les debe a los costeños un verdadero proceso de transformación política conducente y que camine a la descentralización; la autonomía regional es clave para construir un sueño de muchos: una república fuerte y en paz, pero sigue en eso, en un sueño.
El 14 de marzo de 2010, hacen 10 años, se manifestaron 2.502.726 costeños por la “independencia”, de ellos 145.196 fueron guajiros, la ciudadanía de la región Caribe dijo basta ya de exclusión política y reclamó libertad para el autogobierno de los asuntos regionales; se le dijo al Gobierno central, pero seguimos ignorados y nuestros conciudadanos esperando que nuestros dirigentes hagan valer nuestros derechos.
El Caribe ha sido históricamente una zona estratégica muy importante por ser la puerta de entrada a América. Los españoles consideraban que quien dominaba este mar tenía el control de América. Barranquilla lo ha demostrado con sus avances en diferentes sectores, La Guajira desde Puerto Bolívar y Puerto Brisa, aportan al fortalecimiento de la economía nacional. San Andrés, San Marta y Cartagena cada día fortalecen más su turismo; Montería y Sincelejo desarrollan un renglón importante con sus ganaderías al igual que Valledupar.
La Ley de Regalías, que un día, al anochecer nos golpearon el equilibrio financiero cuando el centralismo decidió por la derecha, distribuir esos recursos generados en todo el país; a hoy no hay satisfacción por esa decisión que, aunque han querido mejorarla son cortinas de humo para nuestra región Caribe.
El Centro de Estudios Económicos Regionales del Banco de la República, el Observatorio del Caribe Colombiano y la Fundación para el Desarrollo del Caribe (Fundesarrollo) realizaron en el 2006 el llamado Taller del Caribe Colombiano, que buscaba adelantar un proceso participativo de discusión sobre las políticas públicas que Colombia necesita para corregir las desigualdades regionales. El tema fue en ese entonces, Políticas para reducir las desigualdades regionales en Colombia.
El Compromiso Caribe lastimosamente no se socializó como debió haberse hecho, ni se contempló su presentación y debate con otros sectores de la sociedad regional distintos de los académicos, políticos o empresariales, por lo que el valioso trabajo de los investigadores y los sensatos documentos sobre problemas acuciantes como el empleo, la pobreza, la corrupción y la preparación del capital humano permanecen ignorados y desaprovechados para la reflexión y el trabajo que requiere hacer realidad los propósitos del compromiso que se reclama para la Costa Atlántica.
A pesar que esta región se ha convertido en una de las principales zonas de producción del país debido a su ubicación estratégica, clima y recursos naturales y siendo Caribe colombiano uno de los principales motores de la economía nacional, gracias a sus actividades económicas diversas, seguimos rezagados y lo más triste criticados, por actos censurables que comprometen la imagen de la región.
El 14 de marzo 2024 se cumplieron 10 años, seguimos en la región Caribe afectados por la baja ejecución presupuestal del Gobierno nacional durante el 2023. Cuantiosos recursos no fueron ejecutados por las distintas carteras en esa vigencia, lo que ha dejado mal parado al Ejecutivo. Es hora que los miembros de la bancada Caribe sean más comprometidos en que se cumpla no con un favor si no un derecho en la ejecución del presupuesto y que se tengan en cuenta algunas iniciativas para el bienestar de la región y el desarrollo que exigimos, no se puede renunciar a este derecho.