Colombia ha sido mencionada en muchos estudios como uno de los países más inequitativos de Latinoamérica; esto explica la situación que por décadas ha venido presentando La Guajira, que ha mostrado profundas desigualdades frente a otros departamentos del país.
Cuando La Guajira se constituyó como Departamento en 1.965, su economía se caracterizaba por el intercambio comercial y el desarrollo agrícola; años más tarde, ese desarrollo agrícola se catapultó con la bonanza algodonera de la década de los setenta y ochenta; posteriormente, el gas y el carbón, cuyas mayores reservas se encontraron en La Guajira, empezaron a jalonar la economía del Departamento.
En cuanto a la distribución de la población por región (Norte Centro y Sur) el 68.5% de los guajiros reside en el norte de la península; irónicamente es donde se distribuyen los mayores recursos, pero sigue el departamento de La Guajira enfrentando grandes desafíos en materia social y económica; históricamente, junto a Chocó, ha liderado los ranking de pobreza en el país, siendo esto la consecuencia de problemas de base como los bajos niveles de empleabilidad, la baja cobertura de servicios públicos, la deficiente calidad educativa y en servicios de salud y el incipiente nivel de productividad.
Recientemente el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane) publicó el reporte de pobreza monetaria de Colombia con corte a 2.023 y nuestra capital Riohacha, se ubica en el tercer puesto después de Quibdó y Valledupar con el 46%; de pobreza monetaria; es una condición en la cual una o más personas tienen un nivel de bienestar inferior al mínimo socialmente aceptado.
En una primera aproximación, la pobreza se asocia con la incapacidad de las personas para satisfacer sus necesidades básicas de alimentación. Luego, se considera un concepto más amplio que incluye la salud, las condiciones de vivienda, educación, empleo, ingresos, gastos, y aspectos más extensos como la identidad, los derechos humanos, la participación popular, entre otros.
Respecto al empleo, según la Cámara de Comercio, el departamento de La Guajira sufrió un crecimiento de la tasa de desempleo; sin embargo, se destaca que es una de las tasas más bajas de la región Caribe. Cuando se hacen mediciones y nos muestran cifras nada alentadoras, no podemos dejar de sentir las preocupaciones que esto genera a pesar que hoy la gobernabilidad camina sólidamente con los avances que ha venido mostrando el señor gobernador.
En este sentido y habiendo ya conocido profundamente el estado actual del territorio y las necesidades de los grupos sociales; implementar acciones sería una de las principales tareas de este periodo de Gobierno 2024 – 2027, que es haber incluido en los Planes de Desarrollo departamental y municipales, que deberían estar alineados con el Plan Nacional de Desarrollo 2022 – 2025, Colombia Potencia Mundial de la Vida, los proyecto y variables que permitan alejar a la Guajira de ese índice de pobreza monetaria extrema, que hoy nos muestran; para cerrar las brechas sociales y propiciar condiciones de inclusión social, es imperante la ejecución de acciones específicas en sectores determinantes como educación, salud, nutrición, acueducto y alcantarillado, instituciones y calidad del gasto social; señor gobernador usted tiene la palabra y es capaz.