“A Consuelo de Molina también le tiendo mi mano; la que dice que un verano no lo hace una golondrina. Es una mujer muy digna, esa verdad quien la esconde…”.
El aparte preliminar transcrito corresponde a la canción “A Consuelo y Calixto” de la autoría de Carlos Huertas que grabaron ‘El Debe’ López y Poncho Pérez, del LP titulado ‘La última carta’ de 1976 la cual vino a mi mente, a propósito del tema que inspira esta crónica en estos días cuando la vallenatía se encuentra en modo festival.
Consuelo Araujo Noguera fue durante su periplo vital un personaje que navegaba con igual pericia entre lo coloquial y las altas esferas gubernamentales y con su buena pluma era mordaz y/o sublime dependiendo las circunstancias y en materia musical caminaba con sapiencia entre los agrestes caminos del costumbrismo y las delicadas letras de los cantos citadinos, cada quien la ubica en uno de esos escenarios entre sus fortalezas y debilidades, pero también hay que reconocer que igual que otros protagonistas del vallenato también fue profeta.
Como lo sostuvimos en una crónica que está en redes sociales, Juancho Polo en la canción titulada ‘A mí no me gusta el queso’, anunció hace cincuenta años la crisis de los precios del queso cuando dijo. “A mí no me gusta el queso, porque el queso está muy caro; no tengo con qué comprarlo, no me gusta es por eso”, por su parte Guillermo Pallares también profetizó hace 49 años; se refirió a la carestía de la canasta familiar en Colombia en la canción titulada ‘El mandato claro’ interpretada por Alfredo Gutiérrez, dijo que: “A dónde iremos a parar con esta situación tan mala, la carne está a treinta pesos, ya la panela subió, el plátano a dos y medio, a siete pesos el arroz”.
Beto Murgas por su parte hace 47 años en la canción ‘Grito en La Guajir’a que grabaron Juan Piña y Juancho Rois puso de presente el drama que se venía encima para nuestros hermanos wayuú, lo que en este siglo propició la Sentencia T-32 de la Honorable Corte Constitucional para la protección de sus derechos por el Estado de Cosas Inconstitucional, dijo así:
“Se oye un grito en el desierto, se oye una voz apagada, se nota un destino incierto en el indio que trabaja, en el norte de Colombia ampliamente en La Guajira es notable la zozobra y la angustia que dominan al ambiente del desierto que reclama en su agonía que alejen el sufrimiento que resiste noche y día”.
Igual recordemos que en la canción ‘El godo decente’, Rafael Escalona dijo que Belisario Betancourt llegaría a ser presidente de la República, doce años después éste fue elegido con el “Sí se puede” la canción dice así:
“De un cielo lejano azul, un avión llegó temprano, trajo a Fabito Lozano y Belisario Betancur, eso gritaba la gente que andaba por todas partes, dos tipos tan importantes que pueden ser presidentes, el uno es muy Liberal, el otro es Godo decente”. Hoy pienso que La Cacica también dejó sentada su profecía, ya les diré por qué.
Más de una vez he presenciado y participado de la discusión que surge de la interpretación de las palabras de Consuelo Araujo cuando dijo que “El vallenato se tomará el mundo”, muchos hablan del tema, pero muy pocos saben en qué circunstancias lo dijo y consideramos oportuno hacer recordación al respecto porque es indiscutible que la presencia del vallenato o intérpretes de la música de Francisco El Hombre está en cualquier lugar del mundo.
Algo impensable en épocas pretéritas, aunque hay gente que sostiene que no es cierto porque en todos los países no se encuentran agrupaciones, ni compositores o cantantes de nuestra música, pienso que eso es hilar demasiado delgado, porque no es necesario que ello ocurra para reconocer que de cualquier matojo más allá de las fronteras nos sale un conejo.
Sucedió que el 28 de febrero de 1969 Marta Traba, la crítica de arte y escritora argentina escribió lo siguiente: “Los bambucos clásicos fueron olvidados por la improvisación y el descuido literario y gramatical de la historia privada o policíaca de los vallenatos”, nunca imaginó la afamada mujer experta en artes que con ese comentario evidentemente deshonroso para la música vallenata le estaba limpiando los colmillos a una “Bocadorá”. Resulta que la Cacica le ripostó el 8 de marzo del mismo año 1969, en su primera “Carta Vallenata” le escribió lo siguiente también en el periódico El Espectador:
“Estimada Marta:
Por primera vez en la vida echo de menos un cartón de bachillerato y un título universitario, que ahora me darían alguna autoridad intelectual para enfrentarme de igual a igual contigo y responder –sin temor a quedar en el asfalto– la desafortunada nota de presentación que escribiste para el disco de la formidable Eliana y que El Espectador publica en su edición del 28 de febrero, página 4-b.
Pero aun así, inculta, semignorante y cuasianalfabeta, me atrevo a hacerte unas observaciones sobre lo que has escrito, primero, porque me exaspera tu absurdo sistema (muy conocido de todos) de ensalzar a unos menoscabando a otros; y segundo, porque a pesar de que respeto tus profundos y casi infalibles conocimientos sobre lo divino y lo humano, considero que en esta ocasión se “te escarchó el perol” cuando te atreves –después de anunciar que tu “cultura sobre música popular es nula y corresponde a la generación de Bing Crosby y Vereda Tropical…” – a afirmar sin reato alguno, en una especie de lamento que tampoco creo sincero, que “los bambucos clásicos fueron olvidados por la improvisación y el descuido literario y gramatical de la historia privada o policíaca de los vallenatos” (…) día que nuestros compositores salgan de las aulas universitarias con una gramática y una enciclopedia bajo los brazos a “elaborar”, que no a componer, la música vallenata…
Ese día desapareceremos de la vanguardia del folclor nacional que ahora estamos ocupando, y que ocuparemos mucho tiempo, gracias precisamente a la sencillez, la autenticidad, la originalidad rudimentaria de nuestros cantos. Ten la seguridad de que nosotros sabemos exactamente lo que somos y estamos orgullosos de ello sin vivir añorando cosas ajenas ni falseando el gusto natural para presumir de cultos.
Dejemos así, pero te prometo que será con vallenatos y no con los espacios ambientales y las obtusas conferencias sobre arte, con lo que nos tomaremos el mundo”.
El tiempo se ha encargado de darle la razón, hoy en día del vallenato se habla desde el corregimiento de Galán en La Guajira hasta en Shanghái en la China, es más conozco videos que están en redes de chinos cantando vallenatos, norteamericanos, peruanos, mejicanos etc. por eso fue la Cacica, además de contestataria, visionaria, perseverante, buena pluma y profeta.
¡Si Consuelo estuviera por aquí muchas cosas no estarían sucediendo!