Amar y perdonar es solo para valientes. Porque los cobardes siempre se esconden en el odio y el rencor. Llevando una vida egoísta y de pura apariencia. Sufren y lloran callados, por no querer pedir perdón públicamente. Ocultan su dolor y llevan una vida en derrota. No disfrutan lo bueno que nos da la familia; ya que viven amargados y con mala cara en todo tiempo.
El amor y el perdón deben ir de la mano. Cuándo queremos llevar una vida en paz y en armonía. Pero en nuestra región nunca ha sido fácil perdonar. Porque hemos vivido muchas tragedias, traiciones; y nuestro corazón ha sido muy golpeado. Pero si no perdonamos, no podemos vivir en paz. Quien no perdona es porque no tiene amor. Y quien no tiene amor, es porque no conoce a Dios. Porque Dios es Amor. Juan 4:20
Si alguno dice: Yo amo a Dios, y aborrece a su hermano, es mentiroso. Pues el que no ama a su hermano a quien ha visto, ¿cómo puede amar a Dios a quien no ha visto?
Dios nos ama y espera que tú y yo nos amemos como Hermanos. Pregunta ¿Tu amas a tu prójimo como a ti mismo? ¿Hay paz y amor en tu corazón? Si no es así, hoy es un buen momento para perdonar, y pedir perdón. Si tienes que llamar a alguien y decirle perdóname hazlo ahora mismo. Tú no puedes seguir viviendo con ese dolor, y rencor en tu corazón. Suelta todo lo que esté impidiendo las bendiciones en tu vida. Ama y perdona todas esas personas que te han herido. Solo así podrás vivir feliz y en completa paz. No es fácil perdonar sobre todo cuando nuestros propios amigos y familiares nos pagan mal. Pero es ahí donde tenemos que demostrar que nuestro corazón está limpio. Porque solo los de limpio corazón verán a Dios. Mateo 5: 8- 9: Bienaventurados los de limpio corazón, pues ellos verán a Dios. Bienaventurados los que procuran la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios. No permitas que el odio y el resentimiento te roben la bendición de Dios. Perdona y verás como todo cambia a tu alrededor. Hazlo ahora mismo, yo lo hice hace muchos años atrás, y ahora vivo en paz, y feliz. Tú también puedes lograrlo, solo tienes que abrir tu corazón y dejar que Dios cambie tu vida.
Repite esta oración en voz alta: Señor Jesucristo te pido perdón por todos mis pecados, y también perdono a todas las personas que me han herido, y engañado. Te entrego mi corazón y te ruego que me sanes, y me limpies de todo mal amén y Amén.